Era de esperarse que rechacen la iniciativa contra los actuales gobernantes, contrariando a las demandas cada vez más acentuadas en varios sectores de la población, pero al menos se creía que iban a dedicar varias sesiones a analizar los libelos acusatorios, para dar la impresión de que el Parlamento sigue siendo un espacio de discusión y debate democrático, pero eso no ocurrió. En forma rápida y expeditiva, en muy pocas horas, en la sesión del miércoles los diputados colorados plantearon el cierre de la lista de oradores y en forma expeditiva impusieron el voto de la mayoría, al estilo de la característica “aplanadora” para rechazar y enviar al archivo el pedido de juicio político.
Una vez más, como ya había ocurrido en mayo de 2018, cuando se descubrió que la Cancillería paraguaya había firmado un acta secreta con Brasil, cediendo al país vecino condiciones muy favorables sobre la compra de energía de la represa de Itaipú, lo cual fue considerado por sectores políticos y sociales como “una traición a la patria”, el cartismo salvó a quien hasta entonces era su eventual contrincante partidario.
Aquella vez, Honor Colorado había anunciado que apoyaba el juicio político contra Abdo Benítez, con lo cual había votos suficientes para destituirlo. El presidente incluso respondió con un famoso tuit: “Acepto la pelea. ¡Por un Paraguay sin mafias!”. Sin embargo, a las pocas horas, tras arduas negociaciones políticas, Cartes decidió no apoyar el juicio, salvando a su adversario de la destitución. Desde ese momento, según varios analistas, Abdo Benítez pasó a convertirse en un presidente títere, afín a los intereses de su antecesor, permitiendo que el ex mandatario consolide su influencia en varios ámbitos estatales, como el Poder Legislativo, la Fiscalía y el Poder Judicial.
Ahora, el movimiento de Cartes nuevamente salva y sostiene a un Gobierno cada vez más repudiado por el pueblo, por su inútil gestión y por aparecer involucrado en varios casos de corrupción. La situación derivó en lamentables hechos vandálicos, como la quema de un local del Partido Colorado, cuyas llamativas circunstancias se deben aclarar debidamente y ya ha costado la renuncia del comandante de la Policía.

El rechazo del juicio político le da al hasta ahora inútil y errante Gobierno de Abdo Benítez una nueva oportunidad de corregir rumbos. Principalmente, urge resolver la grave crisis sanitaria, conseguir remedios y vacunas antiCovid y posibilitar la reactivación económica tras la pandemia.
Si eso no ocurre, tal vez ni Cartes ya podrá salvarlo.