El Congreso de los Diputados de España, la Cámara Baja del Parlamento, avaló por primera vez la regulación del cannabis medicinal para ciertas dolencias como las oncológicas, la que afecta al útero (endometriosis), del sistema nervioso (neuropáticas), por esclerosis múltiple, algunas formas de epilepsia, náuseas y vómitos derivados de la quimioterapia.
La futura normativa —que aún debe pasar un trámite parlamentario— abre la posibilidad de ampliar su uso también “a otras indicaciones terapéuticas cuando los estudios aporten indicios consistentes”, y a que la flor del cannabis o “preparados de otro tipo que estén disponibles en países de la UE” puedan emplearse en proyectos experimentales.
“La prescripción se debe realizar exclusivamente por profesionales sanitarios”, subraya, pues busca evitar que la autorización para usos terapéuticos “pueda llevar a una mayor disponibilidad y consumo” fuera del contexto sanitario y que “se confunda con una invocación genérica al uso general de cannabis por la población”.
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Este aval posibilita que en el plazo de seis meses la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios pueda realizar los trabajos necesarios para que estén disponibles en el mercado farmacéutico los extractos o preparados estandarizados del cannabis.
El apoyo a su legalización contó con el respaldo de grupos como el socialista PSOE y el de izquierda Unidas Podemos, que integran el Gobierno de coalición en España, y el rechazo de otros como el conservador Partido Popular (PP), principal fuerza de oposición, y el ultraderechista Vox.
Tras escuchar durante cinco meses a 23 expertos, también del ámbito internacional, una subcomisión parlamentaria constató que la evidencia científica disponible está limitada a algunos diagnósticos, por lo que consideró necesario proseguir con las investigaciones para poder dilucidar sobre otros más en el futuro.
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El Observatorio Español del Cannabis Medicinal se congratuló de este “primer paso de gigante”, tras años de lucha “por los derechos de al menos medio millón de pacientes” que, según aseguró en un comunicado, usan esta sustancia con fines terapéuticos en el país.
La legislación sobre el cannabis en España varía según las regiones, pero de forma general su cultivo está autorizado principalmente para uso industrial y en determinadas condiciones, su tenencia solo es legal para consumo personal y en pequeñas cantidades, pero no en espacios públicos, y está penado el tráfico de esta sustancia con multas y cárcel.
El uso tanto recreativo como medicinal de la marihuana está despenalizado en distinto grado en diferentes países, principalmente de Europa y América.