Este tema fue investigado por Ariel Goldstein, sociólogo argentino, a través de toda su bibliografía, caracterizada por el estudio de las derechas a nivel internacional. En sus estudios (La reconquista autoritaria y La cuarta ola: Líderes, fanáticos y oportunistas en la nueva era de la extrema derecha) hace un rastreo de los orígenes de esta ideología, remontándose a la Europa de principios del siglo pasado y, por supuesto, recuenta el poder impuesto por las dictaduras latinoamericanas.
Da cuenta de la unificación de las narrativas de estos grupos que, con discursos violentos y poca vocación democrática, favorecen el crecimiento de procesos autoritarios y la aparición de líderes que poco representan los intereses del pueblo y mucho los intereses de las clases dominantes.
El foco de su investigación está en la actualidad. Primero con la reconquista de la derecha radical con Jair Bolsonaro en Brasil, José Antonio Kast en Chile y Javier Milei en Argentina.
“La derecha siempre surge con la crisis, con la crisis social, económica, política, de seguridad. La pandemia significó también una forma de crisis de la salud, del Estado, de la economía, lo que acelera muchas tendencias destructivas que estaban presentes en la sociedad”, afirma Goldstein en La reconquista autoritaria, donde entrevistó a más de 40 representantes de estos partidos.
La cuarta ola fue publicado en setiembre del 2024 y extiende la investigación de La reconquista autoritaria analizando, además, el papel de las iglesias protestantes dentro del sistema de propaganda de las nuevas derechas.
“La extrema derecha actual, a diferencia de la derecha clásica, no solo defiende el orden o la tradición, sino que busca transformar el sistema democrático en un terreno de confrontación ideológica y cultural”, afirmó Goldstein en una entrevista el año pasado.
En la cuarta ola, la comunicación, las guerras culturales y la reivindicación de las alianzas internacionales son claves. Estos líderes (el autor cita a Javier Milei en Argentina, Donald Trump en Estados Unidos y muchos otros) basan su habilidad para movilizar a las personas mediante discursos de confrontación y desconfianza no solo hacia las instituciones, sino a la democracia misma. El vehículo para expresar sus ideas son las redes sociales, que les permiten simplificar su mensaje en consignas que logran fácil adherencia.
La cuarta ola de la extrema derecha ya empezó y lo podemos ver en esta nueva era de conservadurismo radical en sintonía con movimientos mundiales del mismo signo político.
Como prueba irrefutable tenemos el Congreso paraguayo, donde el debate es tan paupérrimo que se discute el uso de la palabra género o las supuestas intenciones globalistas de las organizaciones de la sociedad civil, mientras aproximadamente 1 de cada 4 paraguayos no recibe alimentos en forma suficiente y adecuada, según datos del INE.
Algunos representantes siguen el manual al pie de la letra, mientras ofrecen espejitos de colores a la gente. Pero recordemos, estos solo deslumbran momentáneamente, sin aportar soluciones reales.