Por Luján Román / Enviada especial a Brasil
Un fuerte despliegue de seguridad se percibe en las calles de la ciudad maravillosa. Policías federales, municipales y militares copan las principales avenidas.
Se aguarda la presencia del Papa en la playa de Copacabana, a las 17.00 (hora paguaya), donde saludará a los peregrinos y brindará un discurso.
A fin de evitar el descontrol que se vivió este miércoles luego de la misa de apertura en el santuario de Nuestra Señora de la Concepción de Aparecida, se coloraron vallados en varios puntos de la ciudad para la seguridad de los feligreses.

En la mañana, el papa Francisco visitó la favela de Varginha, al norte de Río de Janeiro, donde dijo que “nadie puede permanecer indiferente ante las desigualdades que existen en el mundo”.
La visita papal se produjo en una mañana lluviosa y fría y en medio de fuertes medidas de seguridad, con policía con armas de precisión y helicópteros sobrevolando una zona que el año pasado era controlada por bandas de narcotraficantes y fue recuperada para la ciudad.