Este vigoroso retorno de Donald Trump ha puesto a los analistas, políticos y medios del mundo a especular sobre la posible victoria del político en las generales de este noviembre venidero. En Paraguay, es muy probable que el cartismo espere con ansias el retorno de Donald Trump a la presidencia. En las dos visitas que Santiago Peña ha hecho de los Estados Unidos, la primera cuando candidato y la segunda como presidente, se notó claramente que los interlocutores políticos más cercanos eran los republicanos y, entre ellos, los seguidores del líder populista de derecha actualmente en carrera. Hay también cierta sintonía con el político de 77 años, pues él también desacredita las 91 causas en su contra como signos de una persecución política, y se mantiene firmemente apegado a la defensa de Taiwán e Israel.
Sin embargo, es importante entender el proceso y el contexto político-electoral estadounidense para tener una visión más equilibrada de cuál podría ser el escenario político futuro. En cuanto a las primarias, estamos viendo una alta atención a la interna republicana porque en el partido demócrata no hay un ambiente competitivo. Es parte de la cultura política americana seguir la pauta de que, si el presidente en ejercicio decide ir por la reelección, el partido lo acompaña y pocos son los que salen a disputarle esa decisión. Por ello, en este inicio de año, todo apunta a la interna republicana. Esta probablemente perderá su atractivo a partir del resultado de las próximas primarias de Carolina del Sur este 23 de febrero, donde una derrota contundente de Nikki Halley la empujaría a abandonar la carrera. Ella dice que seguirá hasta el final, pero la presión es fuerte. En todo caso, si continúa, es muy probable que no sobreviva el “supermartes” del 5 de marzo, cuando 19 estados hagan sus primarias de manera simultánea. A partir de ahí la interna republicana ya no será tema, y entraremos a una etapa en la que la disyuntiva Biden – Trump sea lo predominante.
En esa disyuntiva, entran a tallar varios factores. En estos momentos las encuestas le dan ventaja a Trump cuando se lo pone contra Biden, tanto en los sondeos de opinión nacional como en los llamados estados pendulares (Arizona, Nevada, Wisconsin, Georgia, Carolina del Norte, Michigan, Pennsylvania). Los márgenes oscilan entre una ventaja mínima hasta 7 puntos a favor de Trump. Sin embargo, faltan 10 meses para las elecciones. Mucho puede pasar hasta entonces. Biden tiene muchas vallas que superar, la más importante quizás sea su edad y su imagen de “baja energía”. Los indicadores económicos son buenos, pero ello no parece hacer mella en la opinión. Le resta a él reconstruir su llamada coalición, la que le sirvió en su victoria de 2020. Este es un desafío porque se están alejando los jóvenes y los del ala izquierda del partido, sobre todo por su postura en torno al conflicto Israel-Hamas. Por otro lado, una vez que Trump se exponga a una carrera general, sus posicionamientos y sus problemas con la justicia en múltiples frentes pueden hacer que el voto independiente y moderado se decida a apoyar al “menos peor”, que sería otra vez Biden, a pesar de la falta de entusiasmo y porque, al final de cuentas, las cosas con él en la presidencia han sido manejadas con profesionalismo, en contraste la errática administración del anterior.