Diego Barreto
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El Marzo Paraguayo es sinónimo de heroísmo y resistencia, y es una fecha cara a los sentimientos de los familiares que perdieron a sus seres queridos que defendieron la democracia ante la amenaza explícita de una nueva dictadura.
Hace 26 años el pueblo colmó las plazas alrededor del Congreso. El antecedente directo de la creciente indignación ciudadana inició cuando el entonces mandatario Raúl Cubas Grau por un decreto de 1998 liberó a Lino César Oviedo. La amenaza de que Oviedo tomara el poder por la fuerza era latente, pero no fue sino hasta el 23 de marzo de 1999, cuando ocurrió el magnicidio del entonces vicepresidente de la República, Luis María Argaña, que la ciudadanía tomó conciencia real de lo que estaba pasando y se volcó a las plazas del Congreso, que por entonces funcionaba en el histórico Cabildo. Allí convergieron la lucha, la resistencia y los ideales de muchos jóvenes a los que se sumaron los campesinos que, por entonces ya llevaban como cada año sus consignas antes las autoridades. Luego toda la ciudadanía abrazó una sola bandera, la de defender la democracia.
En ese proceso de álgidas protestas, en el que ciudadanos de todas las edades, pero en especial jóvenes lucharon contra elementos represivos del poder así como infiltrados y francotiradores fue que perdieron la vida los que hoy son los mártires del Marzo Paraguayo. La definición de un juicio político contra Cubas Grau se aceleró con aquel baño de sangre y el 28 de marzo terminó por renunciar.
Protagonista de la historia
“La vida sigue” manifestó Gladys Bernal, a cuyo hijo Henry Díaz Bernal, dos balas asesinas terminaron con su joven vida en el Marzo Paraguayo, del 99.
Con tristeza y desazón, pero también con orgullo de haber dado junto a su hijo, pelea para preservar la democracia, Gladys cree que hubo razón y la historia así lo ratificó, de salir a las calles y defender la democracia. No obstante, no quiere para ninguna madre ni familia alguna, que vuelvan a perder a un ser querido solamente por ejercer un derecho.
Desencadenante
Gladys Bernal recuerda como si fuera ayer el valor como los jóvenes de hace 26 años salieron a protestar por su patria. Considera que la juventud de hoy también debe demostrar coraje, pero cree que deben ser bien liderados, “porque líderes son los que hoy escasean”, afirmó.
“La juventud debe salir a protestar, que no tengan miedo, pues, nosotros en el 99 ligamos muchos cachiporrazos, pero igual estuvimos ahí pues sabíamos lo que significaba la dictadura en esa época, y ya no queríamos más eso. Escuchábamos entonces el discurso de Lino Oviedo que decía que la dictadura va a poner silla eléctrica, va a cortar las manos, y eso asustaba y todo eso nos indujo a ir a la plaza, previo a la muerte del doctor Argaña”, expresó.
“No se justifica que nadie te saque la vida porque uno se va a la plaza, pues en un estado democrático debe garantizarte una marcha pacífica, pero esa vez fue todo lo contrario, desde la policía que estaba en contra, disparando y duele recordar, ver sus cosas, sus ropas, su club (de Henry)”, recordó.
Hecho fatídico
Doña Gladys está orgullosa de su hijo, pero el dolor no se puede esconder conforme pasan los años y a su avanzada edad. Ahora se añade una reciente operación del ojo izquierdo. El estado no la resarció. Su irreparable pérdida se une a que el Estado hizo la vista gorda. Los homenajes en estas fechas abundan, relata; pero tras esto todos se van y pocos son los que recuerdan, alega. El 26, como todos los años, irá con su bandera y su vela a homenajear a su hijo.
La justicia no llegó como ella quisiera por la muerte de su hijo. Tampoco los cambios que se prometieron iban a acontecer tras la patriada de marzo del 99. Es más, las carencias del pueblo y muy por el contrario, “la corrupción y excesos del poder aumentaron”, consideró.
“Mi vida cotidiana son estas fotos; el momento que cayó, fue a quemarropas. Estaba parado en la esquina del Ministerio de Agricultura, cerca del Teatro Municipal, y yo le mandaba decir que venga hacia mi lado, y ya le dispararon había sido. Luego escucho por radio, en el programa de Humberto, con la ministra de Salud diciendo las primeras víctimas, y dice Manfred y dije es posible su mamá, “pobrecito”, y después escucho el nombre de mi hijo. Dijeron que no estaba muerto, sino más bien una herida en la boca; y ahí corremos a buscarle. Nadie sabía dónde se le llevó. Recorrí todos los lugares; cuando eso había ese taxi con banderita blanca, hasta que finalmente me fui al Hospital Militar y desde la entrada había sangre hasta dentro, y era la sangre de mi hijo”, relata.
Todo ese sacrificio abrazado a ideales de patriotismo, fueron auténticos, asegura. No obstante, lamentó que hubo oportunistas en especial de la política que supieron quitar réditos de lo acontecido.
“Y realmente que se utilizó, utilizaron ellos, en ese tiempo habrá sido utilizado, pues, son bastante vivos para eso, astucia total; un Rachid Lichi, miembros de la oposición aprovecharon todo ese tiempo. Se colocaron ellos, a nadie se les regaló nada, intercambiaban puestos”, señala.
“Ahora, esos viajes que hace el presidente habiendo tanta miseria, mientras yo estoy a punto de perder mi casa. ¿Dónde me voy a ir después?, eso es lo que afecta mi salud, mi corazón, y a mi hijo se le mató, pero me llevan de homenaje en homenaje, pero nadie saca un diez mil para el taxi, nadie saca un poco de plata y debería consistir un poco el homenaje de esa manera”, sugiere.
Gobernar con justicia
Pide a las autoridades cambiar el rumbo de nuestro país, que cesen los gastos obscenos con dinero del pueblo y se atiendan las necesidades básicas de la gente, en especial de los indígenas.
“Pero debería procurarse que le den una posibilidad de trabajo a tanta gente; cuanto hay que tienen buenos títulos y están capacitados y deben viajar al extranjero, y otros no van y se quedan con sus títulos y no pueden porque ni para el pasaje tienen, que mejor homenaje y que digan en su discurso que hacen este homenaje ‘estamos dando becas’. Pero no, no hay caso, no hacen”, dijo.
El caso de los indígenas es desesperante, antes era más terrible eran más dormidos, dormían por la calle, ahora son más vivos”, refirió.
Movilizaciones
Respecto a las movilizaciones marcadas para esta semana, espera que tenga éxito, pero que no haya violencia ni víctimas que lamentar.
“Espero que estas marchas que vengan sean valederas y el gobierno sea consciente y sepa responder y no responda con balazos ni con balines. Ruego que no ocurra eso y que la gente se manifieste porque ya están muy golpeados, con los productos básicos muy caros, el salario ya no alcanza”, dijo.
Para doña Gladys, la juventud si bien pareciera estar pasiva en algún momento va a despertar. Cree que es importante para ello los liderazgos, los cuales no se hallan por ningún lado menos en la política, consideró. “Se hacen autoaumentos cuando se les antoja”, dijo, “lo cual les saca autoridad moral”, acotó.
