María Magdalena Benítez, jefa de la plata de Essap en el cuarto Departamento, aseguró a ÚH que –de momento– no tienen registro de químicos o metales como el cianuro presente en las aguas que ellos estiran para su potabilización. Aseveró que los controles se realizan por hora para verificar la turbiedad, el PH, entre otros.
Explicó que previo al proceso de potabilización, el agua del río pasa por un floculador y de los decantadores va a los filtros para enviar después a los reservorios. “Los operadores que están las 24 horas tienen su forma de controlar. Tanto operadores como la química que está en planta, lo hacen cada una hora. Ya sea el agua cruda, decantada y el agua tratada que es certificada por un control a través de la Ersan”, dijo en alusión al Ente Regulador de Servicios Sanitarios (Erssan).
Yataity, Mbocayaty y Villarrica, además de Cnel. Oviedo son las ciudades que se abastecen de agua desde el Tebicuarymí. Los pobladores de estas localidades se quedaron preocupados luego del desborde de una pileta de sedimentación, de una firma minera de Paso Yobái, donde se usa cianuro para procesar oro.
Pedro Morínigo, un poblador de la compañía Santa María de Paso Yobái, disparó contra la utilización de cianuro en las minas de oro, ya que –según dijo– están destruyendo el medio ambiente. Suscribió que, incluso en los últimos tiempos, muchas personas han sufrido enfermedades por la exposición al metal.
“Las piletas se hacen al aire libre y 300 kilos de cianuro ponen en cada uno, hoy en día hay más de 150 en todo el distrito”, refirió primero sobre la cantidad de químico que se usa en las piletas de procesamiento y, segundo, sobre el número de mineras que hay en el pueblo.
El rubro principal de la zona no es la minería –atacó–, ya que la economía de Paso Yobái se mueve mediante la producción de yerba mate y caña dulce.