El director técnico y los jugadores y dirigentes del campeón, River Plate, visitaron la redacción de Última Hora.
El entrenador, Mario Rivarola Duarte, de 63 años, oriundo de San Juan Bautista (Misiones), obtuvo su tercer título al hilo dirigiendo al Kelito.
LOGROS. En 2008 alcanzó el campeonato con la Sub 18; en 2009, consiguió el título de la Primera División C, y el sábado gritó campeón en el Jardín, en la Primera División B, festejando también el ascenso a la Intermedia.
“Al que inventó el fútbol hay que prenderle una vela, porque es lo más lindo que hay. Sin él, no hubiese logrado lo que logré a lo largo de mi carrera”, dijo el DT. Rivarola, quien aparte de ser entrenador de fútbol, es peluquero profesional y empleado público en el hospital San Pablo.
INCREÍBLE. Los jugadores de River se mostraron contentos por el campeonato y también por el ascenso a la Intermedia, donde militarán en 2011.
El capitán, Fidelino Araújo, afirmó: “Ahora empieza otro sueño para el club, y trabajaremos el doble para hacer un buen papel en la Intermedia y lograr el ascenso a Primera División, en el centenario de la institución”, que será el año próximo.
ROMPERREDES. Ernesto Pinti Álvarez, Alberto Cristaldo y Guillermo Villalba son los tres goleadores del Kelito. Nueve goles cada uno marcaron los futbolistas, que ayer estuvieron por ÚH.
Álvarez espera continuar en el equipo para el torneo del próximo año. Cristaldo expresó su felicidad: “Estoy feliz porque conseguimos el ascenso, y ojalá que siga en este club, que me dio muchas alegrías”.
Villalba, por su parte, dijo: “Lo único que me queda es agradecer a la directiva, que nos apoyó en todo momento, y espero seguir en River”.
El delegado del club, escribano William Centurión, explicó que este proyecto empezó hace 6 años: “Y ahora estamos saliendo a flote”.
FUTBOLISTAS DEL KELITO DIJERON QUE EMPIEZA OTRO SUEÑO.
EL APODO KELITO
En los años 40 del siglo XX, la cancha de River Plate estaba ubicada en las cercanías de Gral. Santos y Mcal. López. En esa época, muy pocos clubes tenían murallas o tribunas.
Entonces, el club River Plate recibió como donación unas pancartas de latón, las cuales se podían usar como vallado perimetral, a los efectos de concentrar el ingreso al recinto y así cobrar entradas en los partidos.
Este obsequio provino de un socio de River, que poseía una fábrica de helados llamada Helados Kelito. Por supuesto, dicho vallado era pura propaganda de la casa de helados. A través del tiempo, todas las personas que acudían a mirar los partidos de fútbol decían: “Vamos a jugar al Kelito”, voz que se popularizó.