Asunción se ha convertido en territorio de estaciones de servicio. El fenómeno resulta sumamente llamativo, considerando la crisis del precio del combustible que se vive actualmente como consecuencia de la guerra en Ucrania. Y, al mismo tiempo, resulta contradictorio, dado que, a la par de los reclamos de los emblemas privados por el precio de la gasolina, no dejan de levantarse nuevas y modernas construcciones de estos expendios de combustible por toda la capital.
Los cuestionamientos no tienen la finalidad de cercenar la libertad de los negocios, sino que se enfocan especialmente en el tipo de negocio, uno que en este caso significa un grave riesgo para la salud de las personas y la preservación del ambiente. En estos casos siempre deberá primar el interés supremo de la mayoría.
Es un hecho comprobado que en los últimos años se han detectado en las aguas subterráneas infiltraciones de tanques de combustibles. Un estudio de la Facultad de Ingeniería UNA, del año 2018, revelaba la presencia de aditivo de combustible en el acuífero Patiño. Las fuentes de contaminación analizadas fueron las estaciones de servicio existentes en el área de reserva, y en torno a esta se buscaron los lugares de captura de agua, pozos de entre 80 y 180 metros de profundidad.
El Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) traslada la responsabilidad a los municipios, por un lado, y a la Justicia, por el otro. Ciertamente en los municipios recae la responsabilidad del ordenamiento territorial, pues básicamente son ellos los que deben establecer qué actividades se pueden desarrollar en cada área. En cuanto a la Justicia, el peor de los antecedentes es el de la Corte Suprema de Justicia, que dejó sin efecto el requisito de respetar un tramo de 1.000 metros que se establece tanto en la Ordenanza Nº 7/11 de Asunción como en la Resolución 345/19 del Mades.
Justamente después de esta resolución que da vía libre, solo este año, en Asunción anunciaron 27 nuevos proyectos de construcción de estaciones de servicios, lo que representa un crecimiento del 23%. La medida cautelar obtenida dejó sin efecto el requisito de la distancia mínima de 1.000 metros entre una estación y otra.
Además de que potencialmente se puede seguir poniendo en riesgo el acuífero Patiño, resulta preocupante que ciertas construcciones están ubicadas frente a hospitales, instituciones educativas y en zonas residenciales muy pobladas. Las estaciones generan un importante impacto en el tráfico y se da una reducción de espacio para la vereda, en perjuicio de la seguridad del tránsito de los peatones.
La capital precisa que sus autoridades gobiernen poniendo sus prioridades en las necesidades de la población; esa es su función y principal responsabilidad.
El pésimo antecedente, cuando la Junta Municipal de Asunción aprobó una resolución por la cual se autorizaba la cesión de un terreno municipal al Grupo Bahía para la construcción de una estación de servicios en un predio situado en plena Costanera Norte de Asunción, a metros del arroyo Mburicaó y de la Bahía de Asunción, es un escenario que describe la indiferencia de las autoridades respecto del cuidado del medioambiente, la falta de compromiso con la salud de la población y, especialmente, sobre la calidad de vida de los ciudadanos.
Entre los requerimientos prioritarios de los asuncenos se encuentra el desagüe pluvial y la necesidad de contar con espacios verdes recreativos, por eso deben las autoridades municipales ordenar sus prioridades, ubicando en el centro a las personas que viven y trabajan en la capital; su bienestar debería ser lo más importante.