02 ene. 2025

Estado derrocha en alquileres y abandona sus edificios nuevos

Mientras el Estado paraguayo va a gastar USD 23,7 millones en alquileres el próximo año, para alojar los ministerios y entes diversos de los tres poderes, el complejo de edificios del Gobierno, ubicado en la zona del Puerto de Asunción, sigue dejado de lado, condenado al olvido y al deterioro. Esta situación configura una suerte de estafa al pueblo, el cual con gran sacrificio sostiene la pesada carga estatal con sus impuestos. Es inaceptable el despilfarro, la mala gestión y la irresponsabilidad de quienes administran el dinero público.

La historia de los elefantes blancos que hoy se erigen junto al Puerto de Asunción se inicia en el año 2010, cuando arranca el proyecto para la reconversión centro. Se hablaba de la modernización del transporte público metropolitano y Oficinas del Gobierno, de una transformación urbana y se prometía calidad de vida a los paraguayos.
Catorce años después, han pasado varios gobiernos y las oficinas estatales siguen desperdigadas por toda la ciudad, y sobre todo, costando muchos recursos del erario público. Los imponentes edificios, el complejo de cinco torres que debería albergar a instituciones solamente acumulan malezas. La infraestructura, que costó más de USD 100 millones, está abandonada y en riesgo de deterioro. La torre más elevada debe ser ocupada por el Ministerio de Educación con 16 pisos; sigue el Obras Públicas con 13 pisos; el Ministerio de Urbanismo, Vivienda y Hábitat debería compartir 12 niveles con el Ministerio de Trabajo. Se habían previsto sectores para la atención al público y áreas para las oficinas de funcionarios; cuenta con una línea subterránea de 23 mil voltios que garantiza el suministro de energía eléctrica. Se suponía que con esta obra, el Estado podría ahorrar USD 10 millones al año en concepto de alquiler.

Este complejo es una gran metáfora de la mala gestión de nuestras autoridades. Terminada la obra, fue objetada por la Municipalidad de Asunción por modificaciones sin autorización en la obra; tampoco revieron espacio para el acceso vehicular con el argumento de que existiría el Metrobús, y como sabemos el Metrobús no existe.

Con la construcción del complejo de edificios del Gobierno, ubicado en la privilegiada zona del Puerto de Asunción, no solo no se ahorra dinero público, sino que además el Gobierno ha incluido en el proyecto de Presupuesto para el 2025 el gasto de USD 23,7 millones en el rubro 251, que corresponde a alquileres de edificios y locales, para el Poder Ejecutivo y el Judicial.

El mayor gasto se realiza dentro del Poder Ejecutivo, con USD 15,4 millones, para el alquiler para sus ministerios, entre ellos Relaciones Exteriores que debe sostener alquileres en el exterior. Otra de las instituciones que utilizan numerosos recursos del presupuesto es el Ministerio de Salud Pública, con G. 16.799 millones, le sigue el Ministerio de Educación y Ciencias que prevé gastar G. 13.809 millones, mientras tiene edificios abandonados en estado lamentable en pleno centro histórico. Solo la Presidencia de la República va a gastar G. 9.611.161.004 en arriendos. Otras dependencias que consumen ingentes cantidades de los recursos del Estado son Agricultura, Trabajo y Obras Públicas.

Ciertamente, el Legislativo y el Judicial tienen en sus presupuestos recursos destinados para alquileres; en un resumen general, sin embargo, el Poder Ejecutivo lleva la delantera con USD 15.402.643, seguido por el Poder Judicial con USD 8.167.310 y el Poder Legislativo con USD 140.180.

Dentro del Poder Judicial, el monto global para alquileres es de G. 61.818 millones, de este total el mayor presupuesto lo tiene el Ministerio Público con G. 26.847 millones para arrendamientos, seguido de la Corte Suprema que gastará G. 16.041 millones. El presupuesto del Poder Legislativo es de G. 1.061 millones, el Congreso y la Cámara de Senadores prevén para este gasto G. 588 millones y G. 472 millones, respectivamente.

Es inaceptable que las instituciones del Estado sigan dilapidando los recursos del Presupuesto, los aportes de los ciudadanos que pagan sus impuestos y con su esfuerzo sostienen la pesada carga estatal, pagando millonarios alquileres mientras dejan edificios nuevos deteriorarse. Quienes gobiernan deben responder por esta burla, este engaño, esta ofensa al pueblo paraguayo.

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