El EI reivindicó ambos ataques, ocurridos la noche del jueves, pero sin indicar si se trataba de operaciones coordinadas. Para los analistas, en cualquier caso, demuestran que el EI trata de reforzar su arsenal para reorganizarse en ambos países.
En Siria, los combates comenzaron después de que los yihadistas atacaron el jueves en la noche la cárcel de Ghwayran, en Hasakeh, que alberga a 3.500 prisioneros acusados de pertenecer al grupo, incluyendo supuestos líderes, informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).
Al menos 20 miembros de las fuerzas kurdas y 39 combatientes del EI murieron durante los enfrentamientos dentro y en los alrededores de la prisión siria, según el OSDH, basado en el Reino Unido pero con fuentes en el terreno.
“Varios prisioneros lograron escapar”, añadió la ONG, sin precisar cuántos, estimando que se trata del mayor asalto desde la derrota del EI en 2019 en Siria, cuando el grupo fue expulsado de su último bastión en el este. AFP