17 ene. 2025

Estamos a tiempo de evitar una epidemia grave de dengue

Frente a las advertencias de las autoridades de Salud Pública respecto a la elevada posibilidad de que estemos muy cerca de una epidemia crítica de dengue en el verano que se aproxima, autoridades y ciudadanía deben reforzar los cuidados para evitar la enfermedad que siempre trae graves consecuencias. Especialmente se espera que el Estado paraguayo asuma su rol y sea capaz de coordinar las actividades de educación, prevención y control con las gobernaciones y las municipalidades. Eliminar los criaderos de mosquitos es un imperativo.

El fenómeno de El Niño nos está ubicando en una peligrosa situación que supone un escenario que se asemeja a un peligroso cóctel que combina frecuentes y abundantes precipitaciones, calor y humedad, una suma de condiciones favorables a la propagación del mosquito Aedes aegypti.

Desde hace por lo menos 30 años, el dengue es un muy desagradable conocido, pero todavía no hemos avanzado en su combate y poder evitar los altos costos de las epidemias que provocan.

Mientras los casos de dengue van en aumento, las autoridades han advertido que podríamos estar frente a la “peor epidemia” de la enfermedad en términos de magnitud, y que se podría agravar ante la posible llegada del DEN 3, que actualmente afecta al Brasil. Es bien sabido que en los meses del verano muchas familias paraguayas acostumbran a viajar al vecino país, y como señalan las autoridades, hay grandes probabilidades de que vengan enfermos.

Este terrible escenario, sin embargo, puede ser evitado si Gobierno y ciudadanía se comprometen a destruir los criaderos, pues sabemos bien que cada criadero de mosquito representa un peligro para la salud pública. Lamentablemente, según los funcionarios de Salud, no ha habido una toma de conciencia por parte de la sociedad, y eso se hace evidente cuando llegan las cuadrillas de control a las viviendas y encuentran escasa o nula colaboración. Resulta significativo que señalen, por ejemplo, que esperaban un cambio de actitud poschikungunya y que habría mayor apoyo de la ciudadanía en las campañas preventivas.

Las autoridades de Salud tienen al mismo tiempo la obligación de mantenerse actualizadas sobre los grandes debates mundiales; uno de ellos y sumamente importante es sobre el cambio climático, que es una verdadera amenaza para la salud humana. Se deben escuchar las advertencias sobre el hecho de que el planeta se encamina hacia un calentamiento de 2,5°C a 2,9°C para el año 2100, según la ONU; y que los más vulnerables, como los niños, mujeres, personas mayores, migrantes o habitantes de los países menos desarrollados, son los que están expuestos de manera más drástica y peligrosa, según los expertos.

Ante un escenario como el que vivimos, no se puede dejar toda la responsabilidad de la prevención a la ciudadanía. La responsabilidad primaria y fundamental es del Estado y sus instituciones, pues son ellas las que deben emprender las acciones necesarias para educar y concientizar a la sociedad, y esa es una tarea que deben llevarla adelante durante todo el año, no solamente unas semanas antes del inicio de la temporada de verano.

De acuerdo con los datos, en las últimas tres semanas se reportaron 1.045 casos de la arbovirosis y el detalle indica que el 64% de los casos tienen como procedencia Central, Caaguazú, Itapúa y la capital del país, Asunción. Los serotipos circulantes son el DEN-1 y el DEN-2, siendo este último el que tiene mayor predominancia; los decesos llegan a un total de 24.

La población necesita información clara y transparente de sus autoridades, pero sobre todo necesita servicios eficientes. Porque cómo se puede culpar a la ciudadanía de no saber disponer de los residuos si en el país la recolección y disposición de la basura es uno de nuestros más graves déficits.

Por todo eso, es urgente que el Estado coordine mejor los esfuerzos para evitar una potencial catástrofe por el dengue; para eso debería liderar las tareas con las gobernaciones y las municipalidades de todo el país que disponen de recursos para ello. Eliminar criaderos de mosquitos es un imperativo y un desafío para todos.

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