Este 22 de febrero se inicia la cuaresma con el miércoles de ceniza, un tiempo de penitencia y reflexión. Todas las iglesias del país recibirán a cientos de devotos para realizar ciertos días de ayuno y penitencia en memoria de los cuarenta días que ayunó Jesús en el desierto.
Para dar inicio a esta fecha tan importante en el calendario católico, el cardenal Adalberto Martínez oficiará una misa a las 11:00, en la Catedral Metropolitana de Asunción, sobre Independencia Nacional entre avenida Mariscal López y Comuneros. La celebración está abierta a todo el público.
Ayuno, oración, penitencia y reflexión son algunos de los puntos que destacan de este miércoles de ceniza que se recuerda este 22 de febrero. Esta fecha da inicio a la cuaresma, un momento muy especial para los católicos y no creyentes del mundo.
El miércoles de ceniza tiene una tradición religiosa de muchas generaciones atrás. Primeramente, es obligatorio para los creyentes, entre los 18 y 60 años, el ayuno y la abstinencia de comer carne. En algunos casos, solo se realiza una buena comida en el día.
Otro punto a tener en cuenta es la asistencia a la ceremonia religiosa, donde al término de la homilía, el sacerdote coloca ceniza en forma de cruz, en la frente de los feligreses, mientras repite la frase “recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás”, así también se suele escuchar la oración “conviértete y cree en el evangelio”.
Mientras el sacerdote realiza esto, los participantes no deben pronunciar palabra y retirarse a meditar en silencio.
La imposición de ceniza es una de las ceremonias que caracteriza la liturgia del miércoles. La misma se obtiene de los ramos bendecidos del Domingo de Ramos del año pasado.
Para saber más
La feligresía católica acudirá este 22 de febrero a los templos para celebrar el miércoles de ceniza y dar apertura al periodo de cuaresma, un periodo de 40 días de preparación para la conmemoración de la Pasión y Muerte de Jesús.
El portal de Aciprensa indica que la palabra ceniza, que proviene del latín “cinis”, representa el producto de la combustión de algo por el fuego. Esta adoptó tempranamente un sentido simbólico de muerte, caducidad, pero también de humildad y penitencia.
La cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos casi 400 años D.C. y a partir del siglo XI, la Iglesia en Roma impone las cenizas al inicio de este tiempo.
El comienzo de los cuarenta días de penitencia, en el rito romano, se caracteriza por el austero símbolo de las cenizas, que distingue la liturgia del miércoles de ceniza. Propio de los antiguos ritos con los que los pecadores convertidos se sometían a la penitencia canónica, el gesto de cubrirse con ceniza tiene el sentido de reconocer la propia fragilidad y mortalidad, que necesita ser redimida por la misericordia de Dios.