La austeridad nunca ha sido un rasgo del Estado paraguayo ni en tiempos de default (provocado ciertamente por los excesos del gasto público), pero hoy ya ni siquiera existe un atisbo de racionalidad. La mínima cordura, si existe, se perderá en los agitados tiempos electorales, donde se seguirán destruyendo las mínimas bases macroeconómicas y se reducirá aún más la debilidad institucional.
Septiembre 25, 2022 01:00 a. m.
·