Me llamo Tamara Djundi tengo 41 años y soy de Asunción. Soy actriz, profesora de artes escénicas y coach en humanización hospitalaria.
Mi camino en el arte comenzó en el año 2000, cuando empecé a estudiar la carrera de actuación. Desde chica hacía cursos en el Instituto Municipal de Arte. Ya de grande tenía como una mirada muy profunda hacia el arte de lo que quería ir descubriendo.
Cuando empecé a estudiar ya hice algunos comerciales, me dieron la oportunidad en grandes producciones. Después también estuve en producciones audiovisuales.
Tuve un paso muy lindo en lo que es artístico y también incursioné en lo que eran producciones audiovisuales. Un poco de todo porque siempre me llamó la atención todo lo que era la actuación, pero también el detrás de escena.
Dirigí algunas obras, estuve en elencos de teatro, como La Parada Teatro, con Nelson de Santaní y otros.
En el 2004 nace en mí las ganas de conocer un poco el arte dentro del hospital. Con un grupo de actores empezamos a conocer la pedagogía del payaso hospital a través de una financiación.
Luego de que se acabaron los fondos del proyecto, me quedé enamorada con esto de llevar el arte en la salud, humanizando y desdramatizando el medio hospitalario.
Ahí me puse a investigar más. Me quedé con el payaso hospital porque fue algo que a mí me marcó porque estuve un tiempo acompañando a niños que padecían cáncer.
Me tocó despedir con una sonrisa a una pacientita que estaba siguiendo su quimioterapia y eso me marcó. Y yo dije: “Esto quiero hacer, toda la vida si Dios me lo permite, toda la vida”.
Ahí fue que invité a amigos, artistas que quisieran sumarse conmigo. Les explicaba cómo tenían que hacer esto.
Pero no es para todos, es como una vocación de servicio que tiene que nacer, de querer ir a alegrar en lugares muy hostiles.
Cuando pisamos el hospital es una terapia, tanto para mí como para nosotros. Entonces primero que todo es tener respeto.
Nos vamos a aliviar corazones con sonrisas. Para eso se necesita una preparación que debemos tener.
Por eso le recomendamos a los voluntarios que puedan cuidar su salud física y emocional. Creamos pautas hospitalarias y códigos.
Inicio
En el 2011, comenzamos con doctor Payaso, luego seguimos con doctor Sonrisa y un año después ya con doctor Payasonrisas.
Ahí comenzamos esta travesía de capacitar personas y que esto sea un voluntariado. Estas organizaciones de payasos hospitales hay en varias partes del mundo. Como que todos tenemos la misma técnica y el abordamiento. Cada uno hace de su organización algo que marca.
Como directora de la Fundación Payasonrisas y artista, el espacio, lo que más me llena a mí es el espacio hospitalario.
Este año empezamos a incursionar en lo que es el teatro hospital con nuestros voluntarios y también con otros programas que tuvimos.
Esto está enfocado en lo que es poder generar a través del arte, a través de la humanización y poder desdramatizar ambientes hospitalarios.
Nosotros también pintamos espacios de los hospitales, le damos un toque diferente al lugar. Estamos creciendo en número y vamos capacitando a más de 700 personas este año y vamos por más.
Tenemos voluntarios de distintas profesiones y de distintas ciudades. Queremos expandir esto a nivel nacional e internacionalmente. Que Doctor Payasonrisa que es de Paraguay, se conozca como organización de payasos de hospitales que buscan humanizar corazones con sonrisas y no solo a través de la terapia de la risa, también desde lo emocional y espiritual.
Nuestros objetivos y anhelos para el 2024 son que ojalá podamos volver a contar con un móvil para realizar nuestra travesía por Paraguay, el centro y contar con un lugar donde Doctor Payasonrisas tenga su sede de bienestar.
Ojalá que en el 2024 Doctor Payasonrisa pueda en el 2024 tener un lugar. Soñamos con ese objetivo.
Ojalá también que el Estado pueda ayudarnos. Hasta ahora nos negaron en algunas oportunidades. Sentimos mucho porque llevamos sonrisas gratuitas a todos los hospitales y todo es a pulmón, gracias a las personas y familias que nos apoyan para seguir sosteniendo esto.
Filosofía
Cuando comencé esto nunca pensé que íbamos a ser fundación. Estaba como una visión. Pero yo me enfocaba más en lo que era la formación.
Como actriz, como docente, creo que este es un llamado de Dios para mi vida. Mi llamado es poder llevar alegría en esos lugares difíciles.
Muchas veces es muy difícil canalizar lo que uno vive en los hospitales. Yo tengo mi apoyo emocional, en la parte sicológica acompañamiento. Mi roca firme siempre es Jesús. Me refugio mucho en la fe y eso hace que pueda un día que siento que no puedo con tantas personas y quiera tirar todo. La alegría es mi fuerza, el gozo del Señor es mi fuerza y esa es mi frase de cabecera para que pueda continuar.
Siempre es como que tengo mi red emocional y mi red espiritual. Pero cuesta muchísimo porque son muchas personas.
Generalmente, los voluntarios me ven como muy maternal porque ellos me dicen mamá Pepita. Porque en la capacitación yo hago que se encuentren con su niño interior y se conecten con la persona sin prejuicios.
Para mí, la persona que visito hoy, y por más de que no la conozca, es una persona favorita para mí. Me preparé para ir hasta ahí.
Mi primera influencia es Dios. Pero mi segunda influencia es Pacht Adams. Él no solo pensaba en curar a la gente, sino que veía a cada persona de manera integral.
Para mí, es como un precursor de una linda revolución de amor en los hospitales.. Es como un maestro en ese sentido.
La sonrisa es la expresión del bienestar, que nos conecta con nuestro lado más saludable. Ayuda en el proceso de recuperación a quien está con un problema de salud.
A todas las personas les digo que practiquemos la alegría en nuestra vida. Sé que no es fácil. La alegría no es solamente felicidad. Estar alegres con lo que tenemos en el presente.