Una oleada de obras teatrales, hasta 15 títulos en simultáneo, refrescan cada fin de semana las salas de Asunción, con propuestas para chicos y grandes.
El público responde positivamente; Las Karashans llegó a los 7.000 espectadores, mientras que El hijo de la novia superó los 4.000. En tanto, los teatristas coinciden en que faltan más espacios para presentar sus propuestas.“Veo que por fin el público se dio cuenta de que el teatro divierte, emociona, y te deja una cosquilla en el alma y la mente que hacen que seas mejor ser humano”, reflexiona José Luis Ardissone, fundador de Arlequín Teatro.
Para el director y actor, ir al teatro resulta “más barato y divertido que salir a comer y beber, cosa que, si querés podés hacerlo después de ver la obra y tener tema de amena charla con tu pareja y tus amigos”, dice Ardissone, y añade que hacer teatro puede ser un negocio si se trabaja ordenadamente y con espectáculos de calidad.
Para el teatrista Agustín Núñez, director de El Estudio, “afortunadamente es un momento de mucha oferta teatral para todos los gustos”, y entre los elementos que cree suman para este efecto está que “muchos actores, actrices y directores son graduados en escuelas, y cuentan con formación académica fuerte”.Núñez también observa la autogestión de los jóvenes. “Generan sus propios proyectos, ya no están pendientes de convocatorias de grupos o un director.
Ellos se organizan, contratan directores, otras veces se dirigen entre ellos”, dice.El director y docente también considera que una falencia es la escasez de espacios teatrales, lo cual impide que las obras queden por el tiempo que a veces requieren para recuperar la inversión, y ganar económicamente.“A veces se tiene que esperar nuevas fechas, o mudar de sala, lo que implica gastos”, cuenta Núñez, quien remarca que se trata de un “buen momento” para los trabajadores de la escena teatral, “situación que ojalá siga mejorando con le apoyo de las autoridades y de las empresas publicas y privadas”, dice.
PROTAGONISMO. El también actor, director y productor Juan Carlos Cañete, de Equipo Teatro y El Balcón, coincide en afirmar que es un momento “muy positivo” para el teatro. “Los jóvenes son los que están haciendo el cambio; convocan, difunden mucho por las redes sociales, y el público tiene mayor información y se entera rápidamente”, explica.Cañete remarca el éxito de su productora, Equipo teatro, compartida con Patricia Reyna, la que todo el año presenta puestas infantiles (Blancanieves, Delmer, Piratas, El flautista de Hamelin).“Es un gran esfuerzo de Equipo Teatro lanzar nuevos directores y actores, pero con la ayuda de todos los integrantes conseguimos que el público se acerque al teatro infantil”, añade Juan Carlos.
BREVE Y EXITOSO. Para Jorge Fernández, al frente del proyecto Petit-Teatro (Alianza Francesa), un festival de teatro breve que propone 4 obras originales de 30 minutos, es positiva y llamativa la convocatoria de público para el teatro, y al igual que Núñez, observa la falta de espacios como una limitación. “Por este motivo, las obras no duran lo que deberían para recuperar su inversión, si bien hay mucha concurrencia de público en todas las obras”, analiza Fernández.Acerca del éxito de propuestas como Petit y Teatro Mbyky (El Granel), que ofrece tres propuestas simultáneas de 15 minutos, considera que al público le gusta y comenta que el “de boca en boca” ayuda. “También gusta el teatro breve y a un bajo costo, con historias atractivas. Además mejoró mucho el márketing, lo cual es muy importante para atraer al público”.
Para Fernández, aun con el éxito del público y calidad de las obras, todavía un 90% de los teatristas no pueden vivir totalmente de hacer teatro. “Si lo hace, sobrevive, y si logra vivir solo del teatro es porque tiene mucha trayectoria y es muy talentoso”, finaliza.
UN FENÓMENO. “Para mí no es un fenómeno el auge del teatro en el país, sino el resultado de un trabajo de hormiga, de productores que mantuvieron la esperanza de ver las salas llenas”, comenta la actriz Maricha Olitte, quien recientemente participó de la comedia Le Prénom, que estuvo un mes en cartel y alcanzó los más de dos mil espectadores.Para la humorista, los productos teatrales actuales se modernizaron para competir con las demás propuestas de entretenimientos, desde las opciones en tevé, hasta el cine y otras alternativas.
“Se apuesta a grandes comedias, producciones costosas para seducir al público”, añade.Olitte coincide con sus colegas que reclaman más salas de teatro para sostener la oferta de propuestas escénicas, que hoy son escasas.
TEATRO PARA JÓVENES. Para la actriz Alejandra Szpecht Guerrico, “no es precisamente un fenómeno en sí el auge actual del teatro en el país”, pero cree que “al haber más elencos teatrales formándose y, una oferta más variada de estilos y géneros teatrales, se amplía el abanico ante el público que además ahora está compuesto por gente joven”.
Para la también productora, la juventud le tomó el gusto y disfruta del teatro. Como ejemplo mencionó el Teatro Mbyky, cuyas obras breves, considera, son ideales para quienes no tienen paciencia. “Se fomenta la dramaturgia joven y la variedad de historias a ser narradas”, analizó.
Szpecht, quien forma parte de la liga de difusores culturales de Asunción, como creadores de los premios Edda, busca justamente, “estimular la presencia y participación del público en las salas de teatro, apoyar a las obras para que más personas se acerquen a una sala y disfruten del trabajo que realizan los compañeros.
Queremos salas llenas y temporadas cada vez más largas, pero para eso también necesitamos el apoyo de los entes públicos y privados, porque hacer cultura es una forma de fortalecer la propia identidad”, finalizó.