Lo que ocurre actualmente en la Facultad de Ciencias Médicas de la UNA, con las denuncias de que persiste la influencia de los hermanos Ibarrola, sumariados tras el movimiento estudiantil UnaNoTeCalles, que derrocó a Froilán Peralta, es una demostración de que la antigua estructura, con las viejas claques rondando, sigue vigente, asegura Liz Guillén, una de las líderes de las protestas que comenzaron en la primavera del 2015.
El ex rector de la UNA volvió a suspender el mes pasado su juicio oral por casos de corrupción en la sede de San Lorenzo, utilizando todo tipo de chicanas.
El mismo procedimiento desarrollan los traumatólogos Jaime y Ernesto Ibarrola, quienes supuestamente cuentan con el apoyo del doctor Osmar Cuenca, elegido decano de Medicina el viernes pasado. El médico se desliga del caso y asegura que no los conoce.
La ya ex estudiante de la carrera de Arquitectura cuenta que desde el movimiento se dieron cuenta de que poco cambiaría principalmente cuando las autoridades y grupos de docentes se abroquelaron para no aprobar la propuesta del estatuto que surgió desde el estudiantado.
“Cuando subieron las nuevas autoridades, veíamos que el estatuto que propusimos se había cambiado. Solamente hubo un cambio de cara, pero esa vieja estructura continúa; lo que ocurre en Ciencias Médicas es un ejemplo de todo esto”, cuestiona Guillén.
Para no hablar de complicidad y mencionar la falta de gestión, el sumario contra los médicos denunciados en Ciencias Médicas no se resuelve, permitiendo que personas cobren muchísima plata sin cumplir funciones.
DESPERTAR. Guillén destaca que lo que sí tuvo continuidad fue el movimiento universitario, que logró la promulgación de la Ley de Arancel Cero, pese a las limitaciones que tuvo entre el Congreso y el Ejecutivo.
“La pandemia trae sus limitaciones en cuanto a reuniones y organización, pero se consiguió este reclamo del arancel que venía de generación tras generación, no es para menos”, remarca.
El ex presidente del Centro de Estudiantes de Ciencias Médicas Esteban Italiano coincide con Guillén.
Agrega que los estudiantes de la UNA participaron igualmente de las protestas contra la gestión de la ANR en la pandemia y contra el acta entreguista de Itaipú.
“Las clases virtuales son una carga muy pesada para todos, recién ahora volvemos a las prácticas”, define Italiano, uno de los creadores de la Marcha Nacional de Colegios Públicos y Privados.
Sobre la situación en su facultad, confirma que las claques de siempre ejercen la misma influencia.
“Una mayoría de voto en blanco al menos en Medicina Central en las últimas elecciones es un mensaje simbólico de que los estudiantes no están de acuerdo con las candidaturas porque se llegó a hablar de que están apoyados en los clanes denunciados anteriormente por casos de supuesta corrupción”, sostiene.
Con los cambios en el estatuto que presentamos vimos que solo hubo cambio de cara, tras el movimiento estudiantil.
Liz Guillén,
líder del UnaNoteCalles.
El voto en blanco en Medicina es un mensaje de que no se está de acuerdo con las candidaturas para el decanato.
Esteban Italiano,
estudiante de Medicina.
Líderes estudiantiles destacan logros del arancel cero, que cumplió su primer año. La pandemia frenó más participación estudiantil. Advierten que sin cambio de estatuto viejas claques seguirán.