Según ha informado este jueves el CNAG en un comunicado, la iniciativa aportará a la comunidad científica una nueva herramienta para profundizar en el estudio del sistema nervioso, del aprendizaje y la memoria, no solo en el ámbito de los cefalópodos, sino también en el de los mamíferos.
Los resultados han servido para arrojar luz sobre los estudios genómicos anteriores, sobre todo para caracterizar la diversidad del cerebro en desarrollo, la evolución de los cerebros de los cefalópodos y el repertorio de ARN no codificante propio de estas especies.
El estudio detalla que el ensamblaje del genoma del pulpo contiene 2.800 millones de pares de bases, el 99,34% de los cuales se encuentran en 30 cromosomas, y su anotación contiene 23.424 genes codificadores de proteínas.
Como referencia, el genoma humano contiene 20.000 genes concentrados en 23 cromosomas.
Los cefalópodos son especies marinas cuya cabeza está unida a sus extremidades, como calamares, pulpos, sepias y nautilos, y en algunos casos su tamaño puede ser impresionante, llegando a medir más de 20 metros.
Lo que hace único a los cefalópodos es su sistema nervioso, el mayor entre los invertebrados, que les permite tener comportamientos tan sofisticados como recoger toda la información de su entorno para adaptar su color y forma, o incluso usar herramientas para su conveniencia.
Por su complejo sistema nervioso, su avanzada capacidad de aprendizaje y sus excepcionales habilidades de camuflaje, era necesario ahondar en el estudio del pulpo común, el Octopus vulgaris, estudiando su genoma a escala cromosómica, que no se había detallado hasta ahora.
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El estudio, que se ha publicado en la revista G3: Genes, Genomes, Genetics, ha recibido la financiación del proyecto internacional EASI-Genomics, una iniciativa cuyo objetivo es proporcionar tecnologías de secuenciación a investigadores del mundo académico y de la industria.
“Es muy gratificante ver que un proyecto tan difícil como este alcanza un resultado tan impresionante. Una vez más se han traspasado los límites de lo que es posible con las tecnologías genómicas en lo que se refiere al tratamiento de genomas muy complicados”, destacó el coordinador de EASI-Genomics, Ivo Gut.
“El estudio pone de relieve la necesidad de una estrecha colaboración entre los investigadores que intentan ir más allá y las operaciones con tecnología puntera de centros como el CNAG”, añadió Gut.
El CNAG ha remarcado que el pulpo es una especie fascinante, sobre todo para la ciencia, por la plasticidad neuronal de su cerebro para cambiar y adaptarse a medida que aprende y experimenta nuevas cosas.
La investigación aporta conocimiento para seguir estudiando cómo surgieron los pulpos y cómo llegaron a desarrollar en su evolución la capacidad de regenerar partes del cuerpo y tener rápidos cambios en los patrones corporales, que son importantes para el camuflaje y la comunicación.
Ubicada en la capital catalana, el CNAG es la mayor institución en España especializada en análisis genómico, con una trayectoria que comenzó en 2009, convirtiéndose en un centro pionero en su área en toda Europa.
Fuente: EFE