La presidenta del centro de estudiantes de la FIUNA, Larissa Fernández, se refirió al pronunciamiento en el que piden la renuncia del rector de la mayor universidad del país.
“Emitimos un comunicado exigiendo su renuncia porque todos conocemos los hechos en los cuales está implicado, que son las denuncias sobre supuestas irregularidades en contrataciones dentro de la UNA”, señaló.
Si bien dijo que la asignación de rubros puede estar legalmente amparada, los estudiantes consideran que éticamente su actuación no fue correcta.
“Es un ultraje para los profesores que dedican su vida prácticamente a la enseñanza dentro de la universidad”, expresó Fernández con relación a la asignación de varios rubros a un mismo profesor o a personas que ni siquiera ejercen la docencia.
Señaló además que realizarán una sentata simultánea con otras facultades para manifestar su indignación.
“En el comunicado no hablamos de temas legales porque eso dejamos en mano de la Justicia, pero somos claros en que estamos en desacuerdo con la evidente repartija de rubros a una familia en especial y muchos otros casos que nosotros conocemos”, afirmó.
Asimismo, en un comunicado los estudiantes de la Facultad de Ciencias Veterinarias, donde según las investigaciones se dieron las irregularidades, exigieron que el rector ponga su cargo a disposición hasta que se esclarezcan los hechos.
El Centro de Estudiantes de Sociología y Politología también emitió un comunicado manifestando que la UNA atraviesa una crisis sostenida que se expresa en el manejo clientelar y prebendario. Piden el sumario administrativo y la destitución inmediata del rector.
Los estudiantes de la Facultad de Medicina repudian cualquier tipo de irregularidades en el manejo, tanto académico como administrativo, dentro de la universidad. Señalan que las denuncias deben ser esclarecidas y de ser comprobadas cumplir con las penas establecidas.
Igual postura toman los alumnos de la Facultad de Filosofía y de la Facultad Politécnica, quienes reclaman el esclarecimiento de las denuncias periodísticas de modo a recuperar la reputación de la mayor universidad del país.
DENUNCIAS. Peralta otorgó varias remuneraciones irregulares, según una serie de denuncias que viene realizando el diario Última Hora.
El rector de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), Froilán Peralta, cobra todos los meses unos G. 51.449.200 por los diez cargos que ocupa en la institución educativa, según se puede constatar en el Presupuesto de Gastos.
Del total del dinero que la máxima autoridad universitaria recibe mensualmente, G. 31.054.800 corresponden a sus funciones como presidente del Consejo Superior Universitario (CSU), como rector, por responsabilidad en el cargo y por gastos de representación, todos como parte de su titularidad del Rectorado. Hasta ahí, todo en orden.
Los restantes G. 20.394.400 que percibe corresponden a sus seis rubros como educador, de los cuales cuatro asignaturas deben desarrollarse en Asunción y dos en Caazapá.
Sin embargo, desde que asumió el Rectorado, Froilán Peralta ya no ejerce la docencia, pero sigue cobrando ese dinero. El titular de la UNA admitió que ya no imparte clases en aulas, incluso desde que era decano de la Facultad de Veterinaria.
DEFENSA. El rector argumentó que el Estatuto de la casa de estudios permite que los docentes elegidos en los Decanatos o el Rectorado puedan solicitar un permiso de cátedra sin perder sus beneficios como profesor ni su antigüedad en el escalafón.
La Resolución 2.254, instituida en el 2014 bajo su mandato y firmada por él mismo, le da luz verde para que siga cobrando por esos rubros, que deberían ser destinados a los educadores.
Esa disposición establece que los cargos de profesores pueden referirse al ejercicio de la docencia o, indistintamente, para realizar otras actividades afines o equiparables a la docencia, siempre que estén vinculadas a la gestión educativa.
Esta determinación también permitió que su ex secretaria, Tatiana Cogliolo, y la prima de esta, Evelyn Caballero Izquierdo, fuesen nombradas con rubros de docentes en la Facultad de Veterinaria, pero nunca estuvieron siquiera cerca de las aulas. Peralta y el decano de Veterinaria, Juan Gualberto Caballero, dijeron que el trabajo que hacen “es todo en función a la docencia”.
Su ex secretaria cobraba mensualmente G. 12,6 millones. Pese a ser maestra parvularia, también como supuesta profesora de Veterinaria percibía G. 5 millones por dos cátedras. Además, recibía como asistente del rector (al mismo tiempo que ejercía la docencia) G. 3.559.000, y a la vez una bonificación por responsabilidad en el cargo de G. 4.000.000.
Su mamá, Gladys Ester Izquierdo, tiene dos rubros como docente y un sueldo administrativo en la Facultad de Veterinaria, pero está comisionada en el Rectorado, donde no aparece por motivos de salud, según alegó la mujer. Ella cobra G. 4,3 millones.
