En clave y con reserva, así fueron las conversaciones entre el ex canciller Euclides Acevedo y el senador del Frente Guasu Jorge Querey, que lograron cerrar un acuerdo para conformar una chapa presidencial en medio del tumultuoso escenario político.
La propuesta que Euclides puso sobre la mesa fue aceptada por Querey, en un momento de apremio, en el que debió contener la crisis por la salud de Fernando Lugo, la salida de la mayoría del Frente Guasu de la Concertación y su avance en la Comisión Bicameral de Investigación sobre Lavado de Dinero, que preside, y donde además recibe amenazas, según denunció recientemente.
Van bien, fue la medida respuesta de Acevedo a la consulta de Última Hora sobre las negociaciones con el Frente Guasu, sector que cobró protagonismo en la última semana no solo por la ausencia en el escenario de su principal articulador, Fernando Lugo, justo en un momento decisivo, sino por el esfuerzo de Efraín Alegre de retener su apoyo, ofreciendo incluso aplicar la totalidad del programa de la nucleación progresista a la Concertación.
Querey deberá conciliar las tensiones, principalmente con los senadores Esperanza Martínez y Carlos Filizzola, cuyos partidos fueron los únicos que permanecieron en la Concertación, tras las molestias por el acuerdo entre Efraín Alegre y Soledad Núñez, una chapa con la que no se sienten representados y que además obligó a la senadora y ex ministra de Salud a descabalgar de su precandidatura a la presidencia y seguir en carrera por repetir banca en el Senado.
La chapa Euclides – Querey se asegura arrastre de un importante sector del Frente Guasu, que liberó los apoyos para las candidaturas a la presidencia. Además, el ex canciller, quien se postula por el movimiento Nueva República, apunta a captar el voto colorado disconforme con las cúpulas y el liberal que se resiste a apoyar a Efraín.
Esta dupla confrontará a una ANR dividida y en crisis, y a la Concertación.
Pero las ventajas que Euclides realza en su discurso también son el asidero de sus críticas. El precandidato fue ministro de gobiernos colorados y se lo liga con el oficialismo.
También lleva la carga de quienes lo acusan de entrar a dividir a la oposición en medio de esfuerzos por lograr la unidad para destronar al Partido Colorado.
“Si algo me subleva intelectualmente es la liviandad de los análisis. Yo siempre dije que me llevo bien con los colorados, te digo más, voy a ganar con votos colorados, y voy a gobernar con el coloradismo, no con el Partido Colorado, con el coloradismo; así también, con sectores ilustrados y coherentes del liberalismo, y obviamente con nuestros aliados del Frente Guasu; mi gobierno será tricolor, unitario, y que yo me lleve bien con los colorados es una ventaja, no es un delito”, reaccionó Euclides.