En unos mercados tensionados desde el pasado año por la brusca recuperación de la actividad tras la pandemia y el encarecimiento de las materias primas, la posición de Moscú agravó la situación del Viejo Continente, en el que el megavatio hora (MWh) de la electricidad se situó, por momentos, en 4.000 euros esta semana. Europa sufre los daños colaterales de un conflicto en el que Bruselas ha adoptado una manifiesta postura crítica con Rusia, con el embargo parcial del petróleo procedente de este país, y la reducción gradual de su dependencia energética de la antigua potencia soviética.
Sin embargo, en España, la aprobación de la “excepción ibérica” junto a Portugal para topar el precio del gas destinado a la generación eléctrica, sumada a su escasa dependencia de los suministros rusos, la colocan en una situación más favorable. Los efectos de la guerra en Ucrania se están sintiendo especialmente en el mercado de la electricidad, vinculado a la propia evolución del gas. EFE