De percibir un salario de G. 16.248.100 en el 2008, los diputados y senadores fueron aumentando gradualmente sus ingresos y en el 2025 percibirán casi G. 39 millones, de acuerdo al resultado de la última sesión extraordinaria del Senado.
En el 2009, el Congreso presupuestó un aumento salarial de G. 8 millones para el 2010, llegaron así a una remuneración de G. 24.248.100, monto que subió en el 2011 a G. 26.774.840.
Mientras que en el 2012 se autoasignaron más dinero y desde entonces ganaron G. 32.774.840, más otros privilegios como G. 5 millones en combustible y otro monto destinado para seguros médicos.
Si bien esos privilegios se recortaron durante la pandemia del Covid-19, ahora los parlamentarios decidieron asignarse estos montos directamente como parte de su salario y desde el 2025 pasarán a percibir de manera rígida G. 38.974.840.
Lea más: Médico lamenta autoaumento de legisladores
Desigualdad social
En cambio, el salario mínimo para el sector privado ascendía a G. 1.341.775 en el 2008 y en este 2024 subió a G. 2.798.309, pero mediante una discusión anual, donde el Consejo Nacional de Salarios Mínimos estudia dictámenes técnicos, teniendo en cuenta especialmente la inflación.
Según el Instituto Nacional de Estadística, en promedio los paraguayos perciben G. 2.928.900 mensual con una brecha desfavorable para las mujeres y pobladores del sector rural.
La media nacional revela, además, que los trabajadores agropecuarios, así como operarios y artesanos perciben menos del salario mínimo legal. Los trabajadores no calificados incluso ganan menos de G. 2 millones.
Si bien el trabajo doméstico contempla el pago del salario mínimo desde el 2019, los montos del tercer trimestre del 2024 arrojaron un promedio de G. 1.651.700.
Los parlamentarios aprueban las autoasignaciones sin argumentos serios, como el caso de los cartistas que tuvieron apoyo de algunos liberales para aprobar la propuesta.
Esta decisión causó indignación en varios sectores de la sociedad.
La Central Nacional de Trabajadores repudió la iniciativa, especialmente porque la población en general está pasando por una situación muy precaria, a la vista de los legisladores que aprovechan los privilegios para intereses particulares.
Los médicos no se quedaron atrás, como en el caso del pediatra Jesús Irrazábal, del Hospital Nacional de Itauguá. Lamentó que mientras los diputados y senadores aumentaron sus salarios, el centro asistencial no tiene jeringas ni medicamentos básicos para los pacientes.
Lea también: Acosta Ñu vende pan dulce ante falta de insumos
En la misma línea se pronunció la doctora Nancy Garay, jefa de Cardiología del Hospital Niños de Acosta Ñu. En este caso, el personal está organizando la venta de pan dulce para la compra de insumos, frente a una realidad en la que los pacientes incluso deben empeñar sus pertenencias para solventar sus gastos médicos.