El ahora ex funcionario consular explicó que su renuncia fue aceptada el pasado 11 de febrero y que infundadamente había sido denunciado en 2019 por Diana Arréllaga, jefa de la misión consular al que estaba asignado, cuando al declararse la pandemia de coronavirus él se acogió a la opción de realizar teletrabajo desde Paraguay. La consulesa lo denunció ante el Ministerio de Relaciones Exteriores por haber asistido solo 33 días en un año, a la sede en Resistencia.
“Demostré que me había operado y que luego, debido a la pandemia, opté por el home office, debido a que sufro de asma y soy paciente de riesgo. Demostré debidamente todo, con documentos”, resaltó. Por eso, Cancillería decidió comisionarlo a la sede del MRE en Asunción por algunos meses.
Fariña asegura que existen muchos celos entre los funcionarios de carrera diplomática y los que no están escalafonados. Esto explica que su labor en Resistencia fue reconocida por una Cámara de comercio y otros gremios de la Provincia del Chaco. Sin embargo, lamentó que la Cancillería no haya publicado este gesto.
A Fariña y a otros funcionarios que no estaban prestando servicios en sus respectivas sedes, se les cuestionó el que aún así, seguían percibiendo el rubro destinado a alquiler de residencia.

Al respecto, Fariña dijo que aunque no estaba en Resistencia, el contrato de alquiler se renueva anualmente, por lo que igual tenía que seguir pagando la renta.