La ex fiscala Teresa Rojas fue designada ayer como nueva ministra de la Secretaría Nacional Anticorrupción (Senac). El anuncio fue dado a conocer en Palacio de Gobierno, tras una reunión que mantuvo con el presidente de la República, Mario Abdo Benítez.
Durante su presentación, la ex fiscala sostuvo que el jefe de Estado le pidió fortalecer la institución, trabajar con transparencia y colaborar con el Ministerio Público.
“Me pidió el fortalecimiento de la institución y los pilares de dicho trabajo serán la transparencia, la honestidad y el trabajo, en coordinación con las demás instituciones y las direcciones anticorrupción. Es en el sentido de coadyuvar con las mismas y, sobre todo, con el órgano de persecución penal que es el Ministerio Público, a fin de trabajar de cerca, proveerle de todas las informaciones y los insumos necesarios para que las investigaciones puedan llegar a buen puerto”, manifestó.
Afirmó que se encargará de que los controles funcionen, para que las informaciones que se obtengan sean instrumentos útiles para las investigaciones que lleva a cabo la Fiscalía.
“La corrupción no tiene color, no tiene rango, esa es la línea que pretende el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, no mirar hacia los costados, mirar hacia adelante y lograr la transparencia”, añadió.
CASO AUDIOS. Paradójicamente, el nombramiento de la nueva ministra se dio justo el día en que Óscar González Daher presentó renuncia a la Cámara Alta acorralado y presionado por los escraches ciudadanos, ya que era quien ejercía en su momento una fuerte influencia desde el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM) para abortar las investigaciones que realizaba Rojas.
En julio pasado, la Corte Suprema de Justicia resolvió aceptar la renuncia de Rojas como fiscala, luego de haber denunciado ser perseguida y amenazada por los abogados Carmelo Caballero y José Almada. Esto se produjo tras dar la orden de detención contra el empresario Luis Saguier Blanco, ex directivo de la firma Electrofácil, imputado por estafa y producción de documentos no auténticos.
En esa ocasión, Rojas denunció que Almada y Caballero la amenazaron con destituirla y que le iban a sacar hasta la última bicicleta por haber imputado a su defendido Saguier Blanco.
Rojas también tenía a su cargo el caso del asesinato del joven liberal Rodrigo Quintana, ocurrido el 31M.