El Tribunal de Sentencia, integrado por los jueces Fabián Weisensee, Cándida Fleitas y Laura Ocampos, determinó que quedó “acreditada la participación de los acusados Merardo Palacios, Osvaldo Javier Vera y Walter Bower” como autores de tortura.
El único que votó por la absolución fue Weisensee, mientras que las demás magistradas tuvieron mayoría.
CULPABLES. El Tribunal determinó, el 19 de octubre del 2024, que no había dudas de que estas personas participaron en la tortura a los policías Alfredo Cáceres y Jorge Luis López, ocurrido entre el 19 y el 21 de mayo del año 2000, porque estos supuestamente habrían participado en un fallido intento de golpe de Estado contra el Gobierno de Luis Ángel González Macchi.
Los jueces declararon culpables de la agresión, pero continuó el juicio para determinar la pena.
Finalmente, ayer, luego de masivas recusaciones, finalizó el juzgamiento y el Tribunal leyó la sentencia: Walter Bower es condenado a 15 años de cárcel; Merardo Palacios, a 12 años; mientras que Javier Vera pasará 6 años en prisión.
Para todos, se ordenó la prisión preventiva inmediata en el penal de Viñas Cué.
“El grado de reproche más alto lo tiene el señor Walter Bower, en razón de que él era en ese momento el ministro del Interior. Merardo Palacios tiene un grado de reproche medio, él en ese momento, al momento del hecho, se desempeñaba como subcomisario de la Comisaría 11ª”, explicó la jueza Cándida Fleitas.
Dijo que si bien la Fiscalía no mencionó los móviles y fines de los acusados, se corroboró claramente cuáles eran: “Obtener la declaración de estas personas para saber quién había maquinado, había participado, en el supuesto golpe del año 2000”.
APROVECHARON. Describió que el propio presidente de la República, en ese entonces, Luis González Macchi, dejó todo a cargo de Bower, como ministro del Interior, restituir la tranquilidad tras el supuesto golpe de Estado, y que él aprovechó ese “dominio general”.
Incluso, recordó que las torturas se hicieron en las propias instituciones del Estado, en la Comisaría 11ª y el Comando de Infantería de la Marina, entonces usaron todas las estructuras del Estado.
Y acotó que todos tienen una formación general, por lo que “no pueden decir que no sabía lo que estaban haciendo”.