La enorme posibilidad que abre para el intercambio y la colocación de los productos de los países del Mercosur en Europa, sin aranceles o con aranceles reducidos, representa una enorme oportunidad.
Aunque reconoce que el acuerdo comercial todavía no es realidad, ya que tiene que someterse a la aprobación parlamentaria de los países europeos. En ese sentido, resaltó que Italia, España, Alemania ya adelantaron que son favorables a aceptarlo, pero no así, Francia “que está dispuesto a derrumbarlo con el acompañamiento de Polonia, quizás de Hungría y de otros países de Europa”, advirtió. El proceso aún no acaba.
“Estamos hablando de un mercado aproximado, entre ambos bloques, de más de 700 millones de personas; esto es muy importante para todos los países de la región del Mercosur, y para Europa también por las circunstancias que atraviesa hoy la competencia enorme en los mercados mundiales”, opinó.

Destacó que Javier Milei, el presidente argentino, que era el más reticente probablemente, ayer ya demostró una posición favorable y lo ha afirmado.
Brasil, que era el gran operador a favor del acuerdo, y Paraguay también con Uruguay contribuyeron a que el proceso continuara.
“Veremos ahora cómo se desarrolla la aprobación parlamentaria en Europa. No obstante, creemos que es otro clima, otro escenario y de aprobarse será muy relevante para ambas regiones”.
Recordó que en 2019 hubo un gran avance sobre esa gran pretensión del Tratado de Libre Comercio, que incluía cláusulas económicas, políticas, sociales y hasta culturales, sobre las que cerraron exitosamente la negociación. “Era un gran tratado. Pero más adelante, sin embargo, a pesar de ese acuerdo en el 2019, las cosas se ralentizaron a raíz de las exigencias europeas, que plantearon una adenda con, entre otros aspectos, el Pacto Verde y otras exigencias socioambientales que parecían llevar a la frustración definitiva este enorme deseo”. Ayer, finalmente, en Montevideo se dio un gran paso entre ambos bloques.