Héctor Cristaldo, presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), volvió a pronunciarse contra una adenda al Acuerdo de Asociación entre el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Unión Europea (UE), que está pendiente de firma por las partes y con la que los europeos imponen altos estándares ambientales. Las negociaciones habían concluido ya en 2019.
Cristaldo sostuvo que la propuesta no solo afectará al productor paraguayo, sino a todos los que conforman el Mercosur, alertando que “se va a entrar en una contradicción muy grande”.
Recordó que el acuerdo tiene más de 20 años de negociación y fue prorrogado en el 2019, pero que cuatro años después sale la UE con dicha adenda ambiental, con la que ―a su criterio― pretenden “aplicar su ley extraterritorialmente” a los países que producen soja, carne, cacao, aceite de palma, madera.
Calificó la propuesta como “un puente” para lograr que su ley se aplique de forma extraterritorial y cuestionó que, con esto, establezcan una serie de restricciones “ignorando las responsabilidades compartidas” y que cada acuerdo debe realizarse de acuerdo con las circunstancias de cada país.
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“Creemos que tenemos que encarar las negociaciones en el marco de lo que dice la convención del cambio climático, que se firmó en el 2015, donde en su artículo segundo dice claramente que la estabilización en el sector se hará de manera gradual para que los ecosistemas se adapten y hay un tercer artículo que dice sin generar barreras de comercio”, refirió.
“Solapar megasubsidios”
En ese sentido, dijo que con la adenda se pone en riesgo el comercio regional, se establecen barreras y se “distorsiona” con el objetivo de “solapar los megasubsidios que tiene la comunidad europea”.
“Está el riesgo de que a través de supuestas preocupaciones ambientales se estén generando barreras al comercio. USD 600.000 millones tiene al año y nosotros no tenemos ni precio sostén ni un subsidio, trabajando con tecnología y en armonía con el ambiente”, aseveró.
Acotó que, según los productores, lo “peligroso es la manipulación del tema ambiental” para generar ventajas económicas y que con esto se puede estar buscando “sacarle de la cancha” a los países que integran el Mercosur: Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay.
“Para nosotros ambiente y producción no son antagónicos, son complementarios y se está trabajando en eso. Preocupa también el aspecto del desarrollo sostenible en Paraguay que incluye el eje social, económico y ambiental”, sentenció finalmente.
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En agosto pasado, además de Cristaldo; el presidente de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), Pedro Galli, y el ministro del Ambiente, Rolando de Barros, advirtieron que aunque se trata de un acuerdo muy importante para la economía del país, “se quieren implementar restricciones a nuestro crecimiento económico, social y ambiental”.
De esa manera, la posición de Paraguay coincide con la del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, quien había pedido a las autoridades europeas no usar las exigencias medioambientales a modo de proteccionismo.
Explicó que el objetivo principal de la adenda es restringir que cualquier materia prima proveniente de unidades productivas donde hubo deforestación desde el 2020 no puedan ser comercializadas en la Unión Europea.