El Juzgado Federal de los Estados Unidos dictaminó que el conocido empresario Rodrigo Alvarenga Paredes no estuvo implicado en el esquema de lavado de dinero por el que fue condenada la ex diputada Cynthia Tarragó.
La sentencia salió el 9 de noviembre de 2022, expresaron sus abogados, quienes ahora dan a conocer la resolución de la jueza Freda Wolfson, de la Corte del Estado de Nueva Jersey, EEUU, quien dio cierre al caso.
La magistrada dijo que Alvarenga operó sin licencia, ni matrícula financiera en los Estados Unidos, “pero que no cometió ningún delito relacionado con lavado de dinero, y es por ello que ordenó que el hombre pueda regresar a su país sin restricción alguna”, detallaron sus abogados.
En junio del año pasado, el empresario aceptó que tuvo participación en transmisión de dinero sin licencia, entre marzo del 2018 y noviembre del 2019.
Por este hecho, se ordenó que Rodrigo Alvarenga deba pagar a los Estados Unidos una tasación especial de USD 100, que tuvo que haber pagado de inmediato.
A diferencia de Tarragó y su esposo –también condenado–, Alvarenga esperó su sentencia en libertad.
CONDENA A TARRAGÓ. La ex diputada Cynthia Tarragó Díaz y su esposo Raimundo Va fueron sentenciados por conspiración en casos de lavado de dinero a inicios del 2022.
Fueron condenados a cumplir 33 meses en prisión, de los cuales Tarragó solo estuvo 28 meses, ya que dio una colaboración importante para que le den esa pena. Va estuvo un mes más.
Ambos fueron detenidos el 21 de noviembre de 2019 por el Buró Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés).
La ex política se había declarado culpable el 15 de setiembre de 2020, ante la jueza principal Freda Wolfson.
SE COMPROBÓ. Se comprobó que Tarragó y su esposo aceptaron al menos USD 2 millones de dos personas que supuestamente eran narcotraficantes, pero que en realidad eran agentes del FBI, quienes los estaban investigando.
La pareja hizo que ese dinero presuntamente sucio sea lavado a través de una red de cuentas de conspiración.
Para disfrazar el origen del dinero, miembros de la conspiración generaron facturas fraudulentas “que declaraban razones comerciales legítimas para transferir los fondos lavados a la cuenta de los supuestos narcotraficantes”. El FBI tuvo en contra de la pareja grabaciones de audio y video de sus interacciones, donde discutieron los detalles de la red de lavado de dinero.