La película –estrenada el pasado 15 de agosto en todas las salas de cine del país– cuenta la historia de dos jóvenes youtubers que buscan la fama grabando videos para su canal –nada raro en estos tiempos–, pero la trama va contando como luego de causar revuelo con imágenes paranormales falsas en una casa abandonada, deciden regresar al lugar por pedido de sus seguidores, pero las cosas empiezan a ponerse turbias y terminan atrapados en una dimensión de tortura y muerte, luchando por escapar de la energía oscura que se esconde dentro de las paredes de la misteriosa casa.
Detrás del lente y algo más
Los efectos especiales de la película –sin duda, una joya del cine nacional–, están perfectamente logrados y se podría creer a simple vista que no están hechas en nuestro país, pero sin lugar a dudas, todo el trabajo detrás de No Entres es made in Paraguay.
“Empezando por Leo Sobrino, quien se encargó del impresionante maquillaje para las escenas que luego trabajamos con Walter Piccardo estructurando el proceso de los efectos digitales sobre ellos, necesarios para continuar con Andrés Borghi, quien se encargó de ejecutar los efectos en Argentina. También contamos con efectos de escenario, donde Tito Álvarez fue la mente maestra detrás con toda la ingeniería que requiere realizar mecanismos de movimiento”, comentó el director Hugo Cardozo a Última Hora. Para sorpresa de muchos, la historia está basada en hechos reales y filmada en una mansión ubicada en Altos, la cual está abandonada desde el año 1989 luego de un macabro hallazgo.
“Inicialmente, contábamos con una locación en Encarnación, que luego de la pandemia no pudimos llegar a utilizar. Luego de eso, nuestro productor asociado Rafael Alfaro nos conecta con los dueños de una casa entre Altos y San Bernardino a través de su esposa Carolina Morga, con quienes estamos muy agradecidos por mostrarnos el lugar ideal para nuestro guion, que aportó no solamente al ambiente de suspenso, sino que se convirtió en la protagonista”, recordó.
El trabajo dentro de aquella mansión duró dos meses, contando con la preproducción y rodaje. Entre las anécdotas que más se destacan de este proyecto son las experiencias paranormales que atravesaron durante su estadía en el sitio.
“Realmente no esperábamos que pasen cosas ahí, no teníamos idea de que la casa tenía su propia personalidad y presencia (por así decirlo), y nos tomó por sorpresa por lo que las vivencias fueron impactantes. Al punto que creíamos que entraban personas a la casa, pero no había nadie. Volaban utensilios del rodaje como cosas que no eran nuestras. Dos guardias no pudieron aguantar el turno noche, por los movimientos que presenciaban”, acotó, al reconocer que el rodaje fue la parte más difícil de todas.
“Al principio, la casa tenía un ambiente muy denso y entre las cosas que volaban, los cambios de lugares y otras cosas que presenciamos, andar rodando de noche y con toda esa presión, realmente fue un desafío no solo para mí, sino para todo el equipo”, indicó.
Los efectos especiales de la película –sin duda, una joya del cine nacional–, están perfectamente logrados y se podría creer a simple vista que no están hechas en nuestro país, pero sin lugar a dudas, todo el trabajo detrás de No Entres es made in Paraguay.
“Empezando por Leo Sobrino, quien se encargó del impresionante maquillaje para las escenas que luego trabajamos con Walter Piccardo estructurando el proceso de los efectos digitales sobre ellos, necesarios para continuar con Andrés Borghi, quien se encargó de ejecutar los efectos en Argentina. También contamos con efectos de escenario, donde Tito Álvarez fue la mente maestra detrás con toda la ingeniería que requiere realizar mecanismos de movimiento”, comentó el director Hugo Cardozo a Última Hora.
Para sorpresa de muchos, la historia está basada en hechos reales y filmada en una mansión ubicada en Altos, la cual está abandonada desde el año 1989 luego de un macabro hallazgo.
“Inicialmente, contábamos con una locación en Encarnación, que luego de la pandemia no pudimos llegar a utilizar. Luego de eso, nuestro productor asociado Rafael Alfaro nos conecta con los dueños de una casa entre Altos y San Bernardino a través de su esposa Carolina Morga, con quienes estamos muy agradecidos por mostrarnos el lugar ideal para nuestro guion, que aportó no solamente al ambiente de suspenso, sino que se convirtió en la protagonista”, recordó.
El trabajo dentro de aquella mansión duró dos meses, contando con la preproducción y rodaje. Entre las anécdotas que más se destacan de este proyecto son las experiencias paranormales que atravesaron durante su estadía en el sitio.
“Realmente no esperábamos que pasen cosas ahí, no teníamos idea de que la casa tenía su propia personalidad y presencia (por así decirlo), y nos tomó por sorpresa por lo que las vivencias fueron impactantes. Al punto que creíamos que entraban personas a la casa, pero no había nadie. Volaban utensilios del rodaje como cosas que no eran nuestras. Dos guardias no pudieron aguantar el turno noche, por los movimientos que presenciaban”, acotó, al reconocer que el rodaje fue la parte más difícil de todas.
“Al principio, la casa tenía un ambiente muy denso y entre las cosas que volaban, los cambios de lugares y otras cosas que presenciamos, andar rodando de noche y con toda esa presión, realmente fue un desafío no solo para mí, sino para todo el equipo”, indicó.
Suspenso e historia
Cardozo manifestó que siempre trata de incluir en sus películas un mensaje que resuene en las personas y esta vez no fue la excepción. “En este caso, elaborar una historia alrededor de lo que uno es capaz de hacer por tener éxito y qué límites cruzarían centrado en dos personajes jóvenes, me resonó bastante”, refirió.
El guion comenzó a tomar vuelo en pandemia cuando Cardozo encontró dentro del caos un tiempo para dejar volar su imaginación y dar vida a No Entres y superar todas las expectativas que podría tener y mejorar su calidad de director.
“Tenía muchas ganas de hacer una película para superarme como director, por lo que empecé imaginándome en el encierro lo que yo quería ver en el cine, sin opinión de los demás, pensando solamente en lo que yo busco experimentar. A partir de ahí, me tomó como un mes terminar el guion”, señaló.
¿Habrá segunda parte? Fue la gran pregunta y la respuesta deja la puerta abierta con un ojalá porque todavía hay mucho por contar.
“El cine paraguayo tiene mucho por ofrecer, más allá de apoyar un contenido, espero que la audiencia experimente la calidad audiovisual que tenemos para mostrar y que genuinamente vayan al cine a disfrutar de No Entres, hecho con mucho cuidado, para todos”, finalizó Hugo.