Adelantó variaciones importantes en la temperatura y consecuentes olas de calor. Estos contextos climáticos arriesgan de forma inevitable la salud de las personas, como explicó la científica Antonieta Rojas.
“El aumento de la temperatura provoca que se produzca un aumento en la multiplicación y en la dispersión de vectores de enfermedades, por ejemplo, de mosquitos”, dijo, y mencionó la enfermedad del dengue.
Contó que existen ensayos hechos en laboratorio que demostraron que solo aumentando un grado de la temperatura, de 33 a 34 grados, por ejemplo, se puede acortar el periodo de reproducción del virus y, por supuesto, su posterior transmisión.
“En temperaturas entre 25 y 30 grados, podemos encontrar que los mosquitos pueden reproducirse en 15 días. Pero si nosotros aumentamos esa temperatura, se acorta también el periodo de reproducción. Lo hace más rápido, y a veces podemos ver claramente que entre 7 y 10 días, ya desde el huevo hasta llegar a adulto, el mosquito llega en 10 días en lugar de 15”, expuso la especialista.
La transmisión de enfermedades en respuesta a la elevada temperatura también se ha replicado en países de Europa, como Italia y España, en donde ya se han reportado casos de dengue.
“El año pasado vimos que fue un año muy caliente en Europa”, recordó Antonieta. “Era muy raro encontrar el Aedes albopictus , ahora vemos que ya tienen en España, donde se está transmitiendo el dengue y también el virus del Nilo transmitido por la especie Culex, que es otro mosquito que creció en cantidad”.
Ante este panorama preocupante, es inevitable preguntarse qué hacer para encarar el futuro. “La población tiene que aprender los signos y los síntomas de estos procesos”, indicó Antonieta.
“Saber, por ejemplo, que después de una lluvia torrencial se llenan los criaderos. Saber que los casos de dengue empiezan a aparecer luego de 15 o 20 días de las lluvias. Evitar que ocurran brotes implica una participación comunitaria”, remarcó, y abogó por el fortalecimiento de la educación medioambiental en todos los planes del Gobierno.
INVESTIGACIÓN. Ella, por su parte, actualmente trabaja junto a una asociación de investigadores académicos, denominada Hub Arapy, que aglutina a expertos en escenarios climáticos, especialistas en agua, biodiversidad y alimentos, y también abogados y analistas de datos, entre otros.
“Nuestra idea es enfocar estrategias que permitan a las poblaciones aprender los procesos en que ocurren estos cambios, ya sean naturales o provocados. Estamos interesados en definir cómo actuar ante los eventos extremos”.
La asociación ya trabajó en conjunto con el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) y está abocada a recopilar información sobre la variabilidad climática que les permita analizar el fenómeno en profundidad para poder hacerle frente con un abordaje amigable con el medioambiente.
“Hay muchos empresarios, tanto ganadores como agricultores, que están asumiendo este rol de sostenibilidad y lo ideal sería que esto sea generalizado para todo el país”, destacó.