“¿Te parece que las personas últimamente están más irritables que nunca? Te cuento la razón: El extremo calor esta afectando a nuestra salud mental”, señaló.
Explica que el calor extremo puede influir en el bienestar emocional y psicológico. La alta temperatura afecta el estado de ánimo, lo que genera más estrés, ansiedad y dificultad para manejar las emociones. Además, las noches calurosas impiden un descanso adecuado lo que afecta a la memoria, control emocional y la concentración. “Las personas con ansiedad, depresión u otras condiciones pueden experimentar un empeoramiento de los síntomas durante temporadas de calor intenso”, explicó.
El profesional de la salud dio varias recomendaciones para esta situación. No dejó de lado las sugerencia de acudir a un profesional de la salud mental en caso de ser necesario. (Ver info).
Golpes. Los consejos para cuidarse del azote mercurial que genera el inclemente verano, también fueron difundidos por el IPS y el Ministerio de Salud Pública. Enfatizan en las recomendaciones ya que s anuncia que el calor persistirá toda la semana con máximas hasta de 39 grados.
El calor, como el golpe de calor y la insolación pueden afectar gravemente a las personas con condiciones físicas particulares. Dentro de este grupo están quienes padecen enfermedades crónicas, discapacidades, niños, ancianos, embarazadas, entre otros.
El golpe de calor puede presentarse con sed intensa, mareo, aturdimiento, debilidad, torpeza y falta de coordinación. A ello puede sumarse la fatiga, cefalea, visión borrosa, dolores musculares, náuseas y vómitos (que también son síntomas de agotamiento). La persona no percibe que su temperatura corporal es muy elevada.
Durante un golpe de calor la piel está caliente, enrojecida y en ocasiones, seca. Puede tener sudoración o no, a pesar de la temperatura alta.
La alteración cerebral que genera esta situación hace que la persona pueda manifestar confusión y desorientación.
Incluso puede tener convulsiones o caer en estado de coma, según detallan desde el Ministerio de Salud.
Además, la frecuencia cardiaca y la respiratoria aumentan. El pulso está generalmente acelerado y la presión arterial puede ser alta o baja.
En el caso de la insolación, puede aparecer un dolor de cabeza punzante e intenso, dificultad para respirar, menor capacidad de respuesta o pérdida de conocimiento. En todos los casos, la recomendación es acudir a los servicios de salud para la respectiva consulta.