Para materializar esta propuesta es “fundamental el actual papel de la Unión Europea”, que tiene en su agenda como prioridades el cambio climático y la descarbonización y que ha recibido el apoyo de miembros de la Comisión Europea, ha asegurado el presidente de la Academia Internacional de Ciencia de Medioambiente, el italiano Antonino Abrami, durante la Cumbre del Clima en Madrid.
Abrami, antiguo juez de la Corte Suprema de Casación en Italia, señaló que desde 1972 a 2009 la Comisión Europea ha generado legislación que terminó con el Tratado de Lisboa, que es un simple llamamiento a fijar retos, entre ellos, algunos castigos por contaminación.
Una directiva europea estableció en 2008 un sistema de penas que no ha sido suficiente para que se asuma la responsabilidad de delitos medioambientales, añadió Abrami, quien consideró que “la legislación no es suficiente”.
Según Abrami, la constitución de la Corte Penal Internacional de Salud y Medioambiente contra el cambio climático para un desarrollo sostenible es apoyada por un buen número de personalidades internacionales, entre ellos varios premios Nobel como el argentino Adolfo Pérez Esquivel.
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El magistrado italiano recordó casos como el del petrolero de bandera liberiana “Amoco Cádiz”, que naufragó en 1978 ante las costas de la Bretaña francesa, lo que originó el vertido de 223.000 toneladas de crudo que contaminaron 360 kilómetros cuadrados de playas de Francia, o la polución del río Danubio a su paso por Bulgaria.
“Los caudales de los ríos y el aire no tienen fronteras” y hay muchos casos impunes, aseguró, por lo que destacó la “necesidad de crear esta nueva corte internacional de justicia ambiental”.
El antiguo vicepresidente de la Corte Penal Internacional Cuno Tarfusser señaló que Abrami ha “sido el gran impulsor de la idea durante veinte años”.
Añadió que la creación de esa corte es importante a nivel nacional, pero aún más en el internacional porque es la única forma de que las multinacionales utilicen la prevención en sus actividades.
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“He aprendido la importancia de la Justicia en todo, pero sobre todo para las víctimas, porque los delitos internacionales no son privativos de la humanidad, también los hay contra la naturaleza”, manifestó.
“Estamos en un momento importante”, señaló, pero “hay que ir paso a paso”.
El consejero regional de Veneto (Italia) por el antisistema Movimiento Cinco Estrellas, Jacopo Berti, señaló que, si hay un sitio que puede ser la sede de esa corte es Venecia, “un lugar que todo el mundo sabe los problemas que tiene por las inundaciones”.
“Venecia es el símbolo del cambio climático, debería ser la capital europea del medio ambiente. Si salvamos Venecia, salvamos el mundo”, según Berti, quien alertó de que “ya hay retraso en la búsqueda de soluciones”.
En el debate intervinieron también Sasa Dobricic, de la Universidad de Nova Gorica (Serbia), y Angelo Greco, miembro de la Academia Internacional de Ciencias Medioambientales.