Los hipopótamos fueron introducidos en Colombia hace más de 40 años y han migrado del Magdalena Medio a la Depresión Momposina, según un estudio del Instituto Alexander von Humboldt y la Universidad Nacional, siendo una amenaza para especies nativas, como el manatí, así como para los ecosistemas estratégicos del país.
El estudio señala que en la actualidad existen 133 ejemplares en el territorio colombiano y que su tasa de crecimiento es mayor a la registrada en África, por lo que el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Carlos Eduardo Correa, convocó a expertos en biodiversidad y organizaciones internacionales para analizar el estado de la especie y “tomar decisiones frente a este fenómeno”.
La investigación también reveló que existen tres grupos poblacionales conformados de cuatro a 35 individuos, los cuales se concentran en Doradal, Río Cocorná e Isla del Silencio —en el departamento de Antioquia—, mientras que en el resto de áreas estudiadas hay grupos familiares conformados por dos a cuatro individuos en pareja de adultos o familias con una o dos crías.
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Entre los planes del comité está decidir si declarar a los hipopótamos como especie invasora, tras lo que se podrán adoptar “acciones urgentes” al respecto.
“Tenemos que actuar ya”, pidió Correa.
Los hipopótamos que actualmente se encuentran en Colombia son descendientes de unos ejemplares que pertenecieron al extinto narcotraficante colombiano Pablo Escobar.
El narcotraficante importó en 1981 de un zoológico de Estados Unidos cuatro hipopótamos, tres hembras y un macho, para que formaran parte de la colección de animales exóticos de su Hacienda Nápoles, y que ahora se han reproducido sin control.