En el análisis se señala que no trascenderá a más que solo un “impasse diplomático”. La invasión a la soberanía paraguaya fue cometida durante el periodo de Jair Bolsonaro (2018-2022) hasta la toma de mando de Luiz Inácio Lula da Silva, que asegura haber ordenado el cese de la operación, aunque el caso sigue bajo investigación de la Policía Federal.
Las normas internacionales protegen la soberanía de los Estados y están por encima de regulaciones de la relación entre países. “Los Estados no cuentan con un documento específico que justifique el espionaje, pero tampoco existen órdenes registradas que lo prohíban. La manera más justa de abordar este tipo de vigilancia es diplomática y políticamente”, subraya Regiane Bressan, especialista en relaciones internacionales, consultada por G1.
El especialista Gabriel Izídio indica que Brasil queda libre porque el espionaje no lo realizó una persona física en tiempos de guerra, que sí está regulado. “El monitoreo no se realizó por vía diplomática, sino mediante acciones digitales, lo cual no tendría implicaciones directas ante la Corte Internacional de Justicia”, precisó.