El Paraguay ha exportado electricidad de Acaray a Brasil y Argentina desde 1970, y luego de Itaipú y Yacyretá. Somos el principal exportador -de lejos- de energía eléctrica en América del Sur: el 85% de lo exportado tiene su origen en el Paraguay. Sin embargo, hasta ahora era imposible exportar electricidad a otros países distintos a Brasil y Argentina.
Uruguay ha estado interesado en la electricidad paraguaya desde hace muchos años, lo mismo que Chile. Pese a similar interés del Paraguay, nunca se pudo concretar tal exportación a otros países diferentes a Argentina y Brasil. No fue posible hasta ahora, pese a que está vigente el tratado de Asunción -del Mercosur- que establece la libre circulación de bienes y servicios.
Hay que decir que ha sido el Gobierno de Fernando Lugo el que se ha empeñado en conseguir esta exportación a Uruguay y Chile. Las tratativas comenzaron el mismo 15 de agosto de 2008, con un marcado mayor interés del Sistema Integrado del Norte Grande (SING) de Chile, donde está la mayor parte de su minería. En la cumbre de presidentes de Costa de Sauipe, Brasil, en diciembre de 2008, se realizó una tripartita entre Argentina, Chile y Paraguay. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner dio su acuerdo a tal exportación “si es que no existieran inconvenientes técnicos”.
Desde el 2009 comenzaron a trabajar las comisiones técnicas y concluyeron que no existía problema alguno. La misma Comisión de Integración Energética Regional (CIER), a través del proyecto CIER-15, concluyó que la exportación de energía paraguaya a Chile iba a ser incluso ventajoso para el sistema eléctrico argentino. Se demostró, entonces, que no habían objeciones técnicas.
Luego vino el análisis de la cuestión arancelaria. En realidad, el Paraguay le exporta su energía eléctrica a Chile o Uruguay y va en tránsito por la Argentina, por lo que no debe pagar arancel alguno. Sin embargo, algunos funcionarios argentinos se empeñaban en considerar que se trataba de una importación (a la Argentina) y reexportación (a Chile o Uruguay).
Se llega así al 2010, cuando asume José Pepe Mujica en Uruguay como presidente y este país abiertamente entra a interesarse en la energía eléctrica paraguaya. Dado que Bolivia también tenía dificultades para vender su gas a Uruguay, en el espacio de Urupabol se acuerda que la exportación de electricidad paraguaya al Uruguay es cuestión prioritaria.
A inicios del 2011, simultáneamente con la elevación de la cota del embalse de Yacyretá, la Argentina finalmente accede a que la energía paraguaya pase libremente por territorio argentino al Uruguay. La exportación paraguaya se concretaría en base al criterio “todos ganan"; es decir, de compartir los beneficios entre el Paraguay y el Uruguay, con lo que Uruguay tendrá una energía más barata y el Paraguay recibirá más de lo que recibe actualmente de Brasil o Argentina. Esta se beneficiaría con el cobro del peaje.
¿Cuál es la trascendencia de este acuerdo? Es apenas el inicio de la exportación del Paraguay a otros países de la región que no sean los mayores. Se trata tan sólo de la energía de Acaray (hasta 1.000 Gwh y beneficios a repartir de 100 millones US$/año). El intercambio permitirá demostrar la conveniencia de la integración energética y avanzar hacia una integración más ambiciosa. Apenas por citar un dato, en el 2010 Itaipú tiró 16.000 Gwh por el vertedero, unos US$ 1.600 millones (16 veces lo que ahora Paraguay exportará a Uruguay), perdiendo todos.
La exportación de electricidad paraguaya a Uruguay es un hecho histórico no sólo porque permitirá que el Paraguay gane más por su electricidad, sino porque reforzará el proceso de recuperación de su soberanía hidroeléctrica. Ya nadie más pondrá en duda que con una adecuada integración energética, que haga posible la soberanía hidroeléctrica del Paraguay, ganamos todos.
(*) Coordinador de la Comisión de Entes Binacionales Hidroeléctricos.