Los familiares de una mujer que falleció el mes pasado en un accidente de tránsito denunciaron públicamente que desde la Fiscalía —cuyo caso estuvo a cargo de la fiscala Zulma Carolina Benítez Reyes, de la Unidad Fiscal de Caacupé, Departamento de Cordillera— se ordenó que el cuerpo sea enterrado antes de que ellos hayan sido comunicados.
En principio, los allegados de la joven denunciaron su desaparición, debido a que no tenían conocimiento sobre su paradero, pero se enteraron de que ella ya había fallecido hace un mes atrás y que, incluso, ya fue enterrada en una fosa común de Caacupé.
Se trata de la joven Karen Adriana Maciel, de 29 años, quien residía y trabajaba en el barrio Bernardino Caballero de Asunción. La misma, que era madre de dos niños, falleció tras ser arrollada por un hombre identificado como Lucio Javier Barrios Martínez ya el pasado 14 de febrero en Piribebuy, Departamento de Paraguarí.
Ahora, los familiares exigen que el responsable de la muerte de Karen pague por el hecho, ya que, aunque el vehículo está incautado, el hombre se encuentra libre; que la fiscala Benítez Reyes sea apartada de su cargo; que el Ministerio Público les entregue el cuerpo para darle una sepultura a la joven madre, así como la entrega de fotos del accidente, debido a que en el expediente no están las imágenes del hecho.
Por su parte, la fiscala aseguró que supuestamente quisieron comunicarse con ellos, pero que no supieron cómo hacerlo, mientras que los allegados de Karen sostienen que en la cédula de la joven que estaba en posesión de la Fiscalía hasta figuraba el domicilio.
Fiscalía se desentiende del caso
Una de las primas de la difunta junto con Blanca Lila Maciel, madre de Karen, se acercaron a conversar con la representante fiscal Zulma Benítez para reclamarle por el procedimiento irregular y el momento fue captado en un video mediante un celular.
En el video, que luego fue difundido, se escucha que aparentemente un fiscal, cuya identidad se desconoce, dice que “se hizo bien el trabajo” y que “no quieran venir a encontrar culpables”, a lo que la familiar le responde: “Nadie hizo su trabajo como corresponde. Nosotros no buscamos culpables porque nadie nos va a devolver la vida de mi prima, nosotros buscamos que se haga bien el trabajo”.
Entretanto, la fiscala del caso, subiendo de tonos y con voz prepotente le responde que supuestamente la Policía es la única encargada de la identificación de los cuerpos y que, según una nueva ley, los cadáveres solo pueden estar en la morgue hasta diez días y que luego, ya deben ser enterrados, inhumados o donados a una universidad.
Finalmente, cuando la prima de la joven vuelve a insistir en que no era la forma de proceder, debido a que Karen Maciel contaba con familiares que merecían informarse sobre su fallecimiento y, además, porque ella tenía hijos, la fiscala Zulma le contesta alterada que “ya no podían luego hacer nada por ella porque ya estaba muerta”.
Debido a las expresiones de la representante fiscal, las familiares se ofuscaron y comenzó una discusión a voces, tras lo cual se retiraron.
La muerte no figuraba en sistema de la Policía Nacional
Blanca Lila Maciel, madre de la joven, vino desde Argentina para seguir de cerca el caso de su hija. La misma explicó que la última comunicación que mantuvo con Karen fue el pasado 9 de febrero y que luego, la joven le avisó que perdió su teléfono.
Sin embargo, pasaron los días y la ahora fallecida jamás se volvió a poner en contacto con su madre, por lo que el 11 de marzo le pidió a la hermana de Karen que realice una denuncia policial por su desaparición.
Al realizar la denuncia, los datos del fallecimiento de la joven supuestamente no figuraban en la base de datos de la Policía Nacional y recién al día siguiente, la fiscala del caso se puso en contacto con los familiares y les comunicó que ella estaba muerta y que su cuerpo estaba en la morgue.
Sin embargo, al llegar a la morgue para retirar el cuerpo, se encontraron con que el occiso ya fue llevado del lugar y enterrado en una fosa común.
La madre también manifestó que cuando llegaron a la morgue le señalaron que se le enterró porque tenía rasgos indígenas y que generalmente desde este sector de la población no suelen reclamar los cuerpos.
El accidente de tránsito
Según el informe policial, el siniestro se registró en horas de la mañana del pasado 14 de febrero en la compañía Capilla Cué de Piribebuy, específicamente sobre la ruta que une Piribebuy con Paraguarí. La mujer fue atropellada por Lucio Javier Barrios Martínez, de 55 años, tras lo cual perdió la vida de forma instantánea, mientras que el hombre resultó ileso.
El conductor iba al mando de un automóvil de la marca Toyota, modelo Auris, color negro, con placa BVX294. Supuestamente, la víctima fatal no tomó las medidas de seguridad correspondientes al cruzar a pie la ruta y, debido a la velocidad con que se desplazaba Barrios, ya no pudo detener la marcha.