Un tribunal local levantó el jueves la suspensión provisional de las obras dictada el pasado sábado, tras el recurso de un movimiento ecologista contra la tala de 90 hectáreas de árboles que implica el proyecto.
El colectivo ecologista Grüne Liga (Liga Verde), que presentó el recurso, se muestra además preocupado de los efectos de la planta en “el abastecimiento de agua potable” y el “aumento del tráfico por carretera”.
Además, se queja de que Tesla no tiene los permisos definitivos para construir y aún falta un estudio de impacto ambiental, pero tras la firma del contrato de venta de tierras se autorizó las obras “bajo su riesgo”.
En tanto, gran parte del movimiento ecologista alemán se distanció de la batalla judicial, alegando que la planta de Tesla acelera la transición del país hacia la movilidad eléctrica, preferible a los motores a combustible.
“Convertir un bosque de pinos en un campo de batalla por el clima no hace avanzar la protección de la naturaleza”, dijo Oliver Krischer, directivo del grupo Verde en el Parlamento, mientras que la principal asociación ambiental alemana, BUND, “no apoya” el bloqueo de las obras. AFP