Este lunes, pasadas las 07:00 horas se confirmó la muerte de Cástulo Ortega, más conocido como “Pájaro Campana”, quien se convirtió en un símbolo de la hinchada de la Selección Paraguaya de Fútbol por su pintoresco disfraz.
“Con profundo dolor, comunico el fallecimiento de mi querido hermano Cástulo Ortega. Quien en vida fuera el Pájaro Campana, símbolo de fervor y aliento de la Selección Nacional Paraguaya de Fútbol”, escribió su hermano en las redes sociales, el ex diputado Dionisio Ortega.
Cástulo llevaba varios meses aquejado de un problema de salud y estaba internado en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente Juan Max Boettner, donde se confirmó su deceso.
Sepa más: Pájaro Campana: “Si yo estoy, la Albirroja llega lejos”
Su imagen comenzó a popularizarse a principios del año 2000, cuando decidió ir disfrazado para ver un partido de la Albirroja en el Defensores del Chaco. El disfraz lo confeccionó por sugerencia de un sobrino y desde entonces nunca más dejó de usarlo.
El personaje no tardó en ser captado por los medios de prensa y en hacerse conocido, hasta acompañar incluso a la selección en las doradas épocas en las que participaba de los mundiales.
“Mi primer viaje fue a Corea para alentar a Paraguay en el mundial Corea-Japón 2002, fue impresionante porque era la primera vez que me subía a un avión. '¡Nde bárbaro!’, dije. No me imaginé que iba a viajar tanto por el mundo sin saber hablar en inglés y nada de tecnología, para alguien que nació en los confines de la campaña, recorrer el mundo es algo grande”, había afirmado en una entrevista con Última Hora.
También puede leer:A 7 años del gol más gritado por el hincha de la Albirroja
Ortega viajó a los mundiales de Corea y Japón 2002, Alemania 2006 y Sudáfrica 2010 para alentar a la selección paraguaya en los mundiales, así como en la Copa América que se jugó en Argentina en el 2011, entre otros partidos.
Debido a su exposición mediática, el Pájaro Campana cosechó una buena cantidad de admiradores y también de detractores que le adjudicaban los malos resultados deportivos considerándolo “yeta” (mala suerte).
Este mote, sin embargo, no era tenido en cuenta por el mítico fanático. “Con el paso de los años aprendí a ser humilde y no reaccionar. A los que me critican, les digo que estén en tres mundiales y después hablemos”, había dicho orgulloso.