Freire, cuya causa de la muerte no fue divulgada, comenzó a tocar el piano cuando tenía tan solo 3 años y se consagró como uno de los mayores artistas de Brasil, lo que lo llevó a cosechar una renombrada carrera y subir en los principales escenarios mundiales.
Tras pasar por una cirugía en el hombro en 2019, debido a una caída durante una caminata en Río de Janeiro, su retorno a los teatros estaba previsto para el año pasado, pero el pianista fue obligado a postergar los planes debido a la pandemia del Covid-19.
Nacido en 1944 en la ciudad de Boa Esperança, en el estado de Minas Gerais, Freire era un niño prodigio. A los 12 años se mudó a Río de Janeiro, donde pasó a recibir clases de las reputadas pianistas Nise Obino y Lúcia Branco.
No tardó para que se alzara como uno de los ganadores del Concurso Internacional de Piano de Río de Janeiro y, a partir de entonces, pasó a presentarse en conciertos por todo el mundo.
A lo largo de su carrera, Freire subió a los escenarios de cerca de 70 países y, tras una presentación en Estados Unidos cuando tenía tan solo 24 años, la revista Time lo calificó como “uno de los mayores pianistas de esta o de cualquier otra generación”.
Entre los galardones que recibió en varias partes del globo destacan el Classic FM Gramophone Awards 2007, considerado el “Oscar” de la música clásica, y, más recientemente, el International Classical Music Awards (ICMA) 2019, cuando fue distinguido por toda su trayectoria.
Igualmente, fue perfilado en un documental del cineasta Joao Moreira Salles en 2003 y figuró en una colección de diversas compañías discográficas sobre los 74 mejores pianistas del siglo XX.
La noticia de su fallecimiento conmocionó el mundo del arte en Brasil y diversos artistas, críticos musicales y personalidades expresaron sentimientos por su muerte precoz.
El maestro y pianista Joao Carlos Martins, otro de los grandes nombres brasileños en la música, lamentó la pérdida de su “amigo” en declaraciones a la radio CBN y dijo que Freire será “preservado para la eternidad por sus grabaciones”.
“Nelson era solicitado por todas las grandes orquestas europeas, también en Estado Unidos y Asia. Era una persona que, ante todo, antes de ser un pianista genial, era una persona buena”, aseguró.