Así, los terremotos han causado ya más de 35.000 muertos en Turquía y Siria.
La organización de socorristas, que no había actualizado su recuento de víctimas en Siria en casi 48 horas, explicó en su cuenta de Twitter que las regiones rebeldes suman ya 2.274 fallecidos y más de 12.400 heridos lesionados, “después de recabar estadísticas de la mayoría de las autoridades médicas”.
Ante las escasas perspectivas de encontrar supervivientes los esfuerzos se orientan ahora en ayudar a los cientos de miles de personas que se quedaron sin hogar.
Pero aunque cada vez es más difícil, todavía se hallan personas vivas entre las montañas de cascotes de ciudades que quedaron destruidas tras el temblor de magnitud 7,8 del 6 de febrero.
El lunes, un niño de 12 años fue rescatado en la provincia de Hatay, 182 horas después del terremoto, informaron los medios turcos.
La ONU denunció el fracaso del envío de ayuda para Siria, un país ya devastado por más de una década de guerra.
En tanto, el Gobierno sirio de Bachar al Asad aceptó abrir temporalmente dos cruces fronterizos adicionales entre Turquía y la zona del noroeste del país bajo control rebelde para facilitar el suministro de ayuda humanitaria.
Así se lo comunicó este lunes el jefe humanitario de la ONU, Martin Griffiths, a los miembros del Consejo de Seguridad durante una reunión a puerta cerrada celebrada después de entrevistarse en Damasco con Al Asad.
La noticia la confirmó poco después el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres: “Doy la bienvenida a la decisión hoy del presidente de Siria Bachar al Asad”.
En la localidad turca de Kahramanmaras, cerca del epicentro, se instalaron 30.000 tiendas de campaña y hay 48.000 damnificados en escuelas y otras 11.500 personas albergadas en centros deportivos.
La ciudad turca de Antakya, una localidad milenaria, conocida como Antioquía en la Antigüedad, quedó arrasada y el terremoto derribó la mezquita más antigua del país.
En la ciudad, los equipos de retirada de escombros comenzaron a trabajar y a instalar baños de emergencia. Un reportero de la AFP dijo que volvió la señal de telefonía.
Un nutrido contingente de policías y militares patrulla en Antakya para evitar los saqueos que se produjeron durante el fin de semana.
Decenas de miles siguen atrapados, dice experto
Una semana después de los terremotos que asolaron el sureste de Turquía, los equipos de rescate han podido localizar con vida, el lunes, a varias personas entre los escombros, mientras que algunos expertos advierten que puede haber hasta 150.000 cuerpos aún bajo los restos de los miles de edificios derruidos.
Expertos han pedido que se tenga cuidado con las labores de desescombro, tanto por la posibilidad de que haya supervivientes
“¿Por qué remover los restos tan pronto? Se puede seguir con vida hasta diez días después”, ha advertido en Twitter Ahmet Ovgun Ercan, un prestigioso geofísico de la Universidad Técnica de Estambul.
Este experto señala que, tras ese tiempo, las víctimas ya no pueden gritar y apenas moverse, por lo que es más difícil indicar que están vivos a los equipos de rescate.
Además estima que puede haber aún 155.000 cadáveres entre los escombros.