A Paolo Pederzani, en la Fundación Teletón Paraguay lo consideran un emblema por los aportes que realizó. Fue uno de sus fundadores a fines de la década de los 70. Falleció en la noche del martes, a los 79 años de edad, por causas naturales. Tras su partida lo recuerdan como un hombre de gran corazón.
En la fundación es recordado como don Paolo, quien siempre apoyó las actividades de Teletón e incluso participó del último evento de la comilona, que se realiza cada año, según lo que relató a Última Hora Hugo Alonso, director de Comunicación.
Además de haber sido uno de los impulsores, fue también el mentor de las –hoy día– tradicionales comilonas.
“Gracias a él y al esfuerzo de otra gente que lo acompañó, la sociedad comenzó a entender y comprender sobre la discapacidad que era un tema totalmente oculto en aquella época, en plena dictadura”, comentó Alonso y añadió: “Eso fue realmente significativo porque hoy nos deja un legado demasiado grande, que tenemos que cuidar”.
Relató, además, que por iniciativa de Paolo Pederzani y un grupo de personas, también se logró incluir en la Constitución Nacional un artículo que ampare a las personas con discapacidad.
La primera comilona
“Barriguita llena, corazón contento” es un eslogan clásico que se creó para promocionar la comilona de Teletón, un proyecto que partió por iniciativa, justamente, de don Paolo Pederzani, el cual se volvió tradicional y hasta masivo en los últimos años.
La primera comilona se hizo en la vieja Planta 1 de Coca-Cola en 1983, contó Hugo Alonso. “Inicialmente se inspiraron en la idea de hacer una pollada y ese día se acabó la comida muy pronto, entonces tuvieron que comprar más pollo para poder dar de comer a demasiada cantidad de gente”, detalló.
Como esto resultó, lo repitieron cada año, y hasta se replicó la actividad en otros países. Hugo citó algunos, como México, Guatemala y Chile.
“Él nunca dejó de cocinar. Era un convencido de que las personas con discapacidad necesitaban un espacio para compartir con otras sin discapacidad. En su época, servía para que se pudiera entender y perder el miedo que muchas veces había”, siguió narrando Alonso.
Pederzani defendía la causa porque tenía un gran corazón, afirmó. Para él, la idea de la comilona se convirtió en un sentimiento.
Idea de ley
Paolo Pederzani era italiano y residía en Paraguay con toda su familia. Siempre defendió, por convicción, los derechos de las personas con discapacidad.
De acuerdo con el relato de Alonso, en 1992, cuando el fundador de Teletón se enteró de que se haría la asamblea constituyente, se organizó con un grupo de amigos. Juntó 30 teléfonos de línea baja para llamar uno por uno a cada convencional. Querían conseguir un amparo legal para las personas con discapacidad. Fue así que marcaron un precedente.
En el artículo 58 de la Constitución Nacional se contempló el derecho de las personas excepcionales –llamadas así aquel entonces–. Antes de eso, según Alonso, no existía una convención al respecto en el país. Es más, sostuvo que durante aquella época costaba mucho instalar el tema en la sociedad.
“Yo creo que eso es uno de los legados ocultos más importantes que dejó don Paolo, porque si no fuera por ese esfuerzo, esto no iba a figurar en la ley”, subrayó.
“Con la partida de quien inició esta obra, este es el mensaje que nos gustaría dejar: la Teletón no era de don Paolo, como tampoco lo es hoy de Andrés Silva. Sino que a cada uno les tocó administrar esto y ese es el gran desafío que nos queda para cuidar la fundación”, concluyó Hugo Alonso.