“La jubilación es el retorno de lo aportado en varios años. Los jubilados aportaron y de acuerdo a su aporte están recibiendo su jubilación hace varios años. Tiene un ajuste anual por Índice de Precios al Consumidor, nada más. Este señor (Bader Rachid) se fue y consiguió la retroactividad y aparte de eso hay que pagarle a los valores actuales”, expresó la legisladora durante una conferencia de prensa ayer en la Caja de Jubilaciones del Congreso.
“Nosotros estamos aportando 7 millones de guaraníes (al mes), él (Rachid) aportaba G. 1.500.000 con suerte, entonces es realmente una injusticia. Yo voy a estar pagando G. 7 millones para que él tenga una jubilación superprivilegiada e ilegítima. Legal es porque la Corte le dio, pero es ilegítima por donde se lo mire”, agregó.
La sentencia en cuestión fue dictada por la Sala Constitucional de la Corte Suprema, con el voto a favor de los ministros Miryam Peña y Antonio Fretes y el voto en disidencia de la ministra Gladys Bareiro de Módica.
El principal argumento para que se actualicen los haberes jubilatorios del Rachid –quien dejó de ser congresista en el 2008– con los valores del ingreso actual de un legislador es que así se respeta la garantía de la igualdad ante la ley. De esta manera, el ex senador colorado deberá cobrar el 80% (G. 26.219.872) del salario actual de un parlamentario (G. 32.774.840).
DEFENSA DE LA LEY. Por otro lado, Mignarro defendió la ley de jubilaciones parlamentarias sancionada por el Congreso y aseguró que recorta varios privilegios de la ley vigente, como la jubilación con un solo periodo legislativo y la eliminación de la jubilación para miembros suplentes.
Al ser consultada sobre la postura de la ministra de Hacienda, Lea Giménez, quien anunció que pedirá al presidente Horacio Cartes el veto a la ley sancionada, Mignarro aseguró que la ministra “se apresuró” en opinar y afirmó que el veto a la ley será peor para el país.
No obstante, afirmó que se deben hacer más recortes y más acciones para garantizar la solvencia de la caja a largo plazo. “Tenemos solvencia en la caja y previsibilidad hasta cuatro o cinco años, pero tenemos que pensar más adelante, por eso hay que ir ajustando. El tema de la edad por ejemplo, es una cuestión pendiente que hay que negociar. Personalmente creo que tiene que ser 65 años”, afirmó.