El caso de Ramón González Daher (RGD) contra el Fisco fue uno de los casos más complejos, problemáticos y mediáticos en los últimos tiempos.
A diferencia de su hermano, el ex senador y hombre fuerte del cartismo Óscar González Daher, y el resto de su familia, el miembro del influyente clan luqueño desde un primer momento no aceptó su sanción e interpuso todas las trabas posibles a las investigaciones. Acostumbrado a operar en las sombras y en la impunidad por la protección política y judicial que le daba su hermano, no estaba dispuesto a entregar parte de su fortuna a un Estado que por años hizo la vista gorda a sus operaciones.
De acuerdo con los documentos que obran en el Ministerio Público y en el Poder Judicial, quien llegó a ocupar la presidencia de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF) acumuló unos USD 87 millones solo en sus cuentas bancarias, además de las decenas y decenas de propiedades de las que es dueño, junto con el ex legislador.
Sin embargo, todo principio tiene un final. Los audios filtrados, la presión de las víctimas y el seguimiento de los medios de comunicación llevaron a RGD y parte de su familia a la cárcel, lo que lo obligó a cambiar su defensa, al menos en lo tributario.
Es así que el ciudadano luqueño aceptaba a mediados del año pasado haber evadido sistemáticamente al Fisco por unos USD 6,3 millones, monto que sumado a los intereses y otros accesorios, trepó a los USD 10 millones.
El historial que obra en el Poder Judicial da cuenta de que RGD evadió de forma grosera a la Administración Tributaria por al menos cinco años, plazo límite que puede ser auditado un contribuyente según la legislación vigente. Pese a que el ex dirigente deportivo tiene unos USD 87 millones en sus cuentas bancarias, no pagó lo correspondiente al Iracis (renta empresarial) y al IVA (por prestación de servicios o ventas) entre el 2014 y el 2018.
No obstante, este acuerdo con el Fisco le quitaba un nuevo proceso judicial de encima.
González Daher se comprometió a hacer un adelanto de USD 1,5 millones a los 30 días de haberse homologado el convenio ante el Poder Judicial. Los restantes USD 8,5 millones, por su parte, debía cancelar en los siguientes 60 meses, en cuotas corridas e iguales. Sin embargo, como era de esperarse, el confeso evasor no cumplió.
Tras varias idas y vueltas, y promesas incumplidas, finalmente el Gobierno decide accionar ante la Justicia para la ejecución del total de la deuda unos meses después del primer acuerdo. La Justicia, acostumbrada a favorecer sin ruborizarse a los poderosos, esta vez le soltó la mano aparentemente a Ramón González Daher y está todo encaminado para el cobro de la deuda. Hace unas semanas, el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial de la Capital, a cargo de Hugo Garcete, hizo lugar al pedido hecho por la Administración Tributaria para ejecutar la totalidad de la deuda de Ramón González Daher, más intereses. Días después, el mismo magistrado dispuso el congelamiento de G. 84.139 millones (USD 12,5 millones) que se encuentran depositados en dos cuentas de ahorro y dos cuentas corrientes del banco BASA —del ex presidente Horacio Cartes— para que salde su cuenta reconocida ante el Estado.
Sin embargo, para que este caso tenga un cierre definitivo y se salde una cuenta histórica con el Estado, hace falta un último paso: el Juzgado Penal de Garantías en Delitos Económicos, a cargo de Humberto Otazú, debe levantar el bloqueo de las cuatro cuentas inmovilizadas, dentro del proceso por lavado de dinero y usura.
La pandemia nos ha enseñado muchas cosas. Una de ellas es que la mala administración pública y la falta de una Justicia que sea igual para todos, ha llevado al descontento y al malhumor social a niveles históricamente elevados.
La gente necesita señales positivas para seguir confiando. Vamos señor juez, solo falta su firma.