El fiscal Julio Ortiz manifestó que la hermana del ex fiscal de la Unidad Especializada Antidrogas del Ministerio Público y ex viceministro de Seguridad Interna, Javier Ibarra, declaró ante el Ministerio Público y dijo entre otras cosas, que no cree que Aída María Villalba, ex empleada de su hermano, haya tenido participación alguna.
La mujer aseguró que la ahora imputada es “una persona de confianza” de la familia que con anterioridad había sido empleada de su padre e inclusive le cobraba su sueldo de jubilado.
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“Pero ella es testigo de distancia, por decirlo de alguna manera, ella estaba en Ciudad del Este cuando todo esto ocurrió. Entre otras cosas, dijo que tienen conflicto por una herencia abierta por el tema del padre”, expresó este sábado en conversación con Radio Monumental 1080 AM.
El representante del Ministerio Público dijo que no cierran aún la investigación y que indagan posible suicidio u homicidio. Aseguró que aún no tienen una certeza con relación a lo ocurrido porque dependen del extracto de llamadas por WhatsApp entrante y saliente porque así se comunicaba Ibarra.
“Tenemos una hipótesis, pero no me quiero aventurar, no quiero decir, no quiero anticiparme, no quiero que nadie que pueda ser sospechoso esté escuchando y trate de buscar la manera de ocultarse”, agregó.
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Por otra parte, el fiscal explicó que Máximo Torres, casero del ex fiscal, en su declaración manifestó que desconoce si su patrón tenía enemigos porque era de poco hablar y que desde hace nueve meses que trabajaba con él.
Dijo que quedaba en su vivienda solo cuando él viajaba y que estaba con problemas económicos, por eso no estaba viajando. Además, le mencionó que iba a hacer todo lo posible para tener dinero para pasar bien la Navidad.
Al consultarle si a la vivienda asistían mujeres, el trabajador le dijo que no y que sí iban a visitarlo personas de su estudio jurídico.
El casero le comentó que el 24 de noviembre pasado, antes de las 7:00, recibió una llamada de Noelia Nauman, esposa de Javier Ibarra, quien le pidió que vaya hasta la vivienda para ver si el ex funcionario estaba despierto.
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Luego Torres llegó hasta el domicilio de Ibarra en donde se encontró con Aída y encontró el portón del garaje semiabierto. La empleada abrió el portón pequeño por donde ingresaron y encontraron en la cocina a Ibarra ya sin signos de vida, tendido en el suelo, por lo que comunicó el hallazgo a la Policía Nacional.
Por último, dijo que no encontraron ningún arma de fuego en el lugar del hallazgo, ni siquiera la riñonera en la que Ibarra siempre tenía su pistola calibre 22 milímetros.
La Fiscalía imputó en la tarde del martes pasado a Aída María Villalba por hurto especialmente grave. La investigación apunta a que se llevó el arma de fuego, que presuntamente fue utilizada para acabar con la vida del ex funcionario. La jueza Elsa Idoyaga, del Juzgado de San Lorenzo, dictó su prisión preventiva.
Javier Ibarra fue hallado muerto en su vivienda ubicada en el barrio Villa Universitaria, de San Lorenzo, Departamento Central, con dos disparos de arma de fuego en la cabeza, zona de la sien.