Seguidores de la artista y amigos se despidieron de Sulli en el hospital universitario Severance de la capital surcoreana antes de que su féretro, que ha permanecido en el centro médico desde el lunes, fuera trasladado hoy al crematorio, informó la agencia Yonhap.
La policía halló el lunes su cadáver en su residencia al sur de Seúl y sospecha que se trató de un suicidio, al tiempo que la gente más cercana a la artista, cuyo verdadero nombre era Choi Jin-ri, ha afirmado que sufría depresión.
Muchos amigos han llenado las redes sociales de mensajes, como Goo Ha-ra, ex miembro de la banda femenina Kara y una de sus mejores amigas.
Goo publicó varias fotos de ambas en su cuenta de Instagram, en la que escribió “Jin-ri hará todo lo que desee en ese otro mundo”.
Nacida en Busan (sureste del país), Sulli debutó como actriz en televisión en 2005 con solo 11 años y en 2009 comenzó su carrera musical al unirse a la “girl band” f(x).
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Entre 2014 y 2015 se retiró de la vida pública por unas intensas campañas de ciberacoso cuando salió a la luz su relación con el cantante Choiza (algo muy poco común en una industria que trata de proyectar una imagen de soltería de sus estrellas para generar ilusiones en los fans) de Dynamic duo, con quien rompería en 2017.
Sulli acabaría dejando definitivamente f(x) en 2015 y continuó trabajando esporádicamente como actriz en películas como Real (2017) o, más recientemente, en series televisivas como Hotel Del Luna.
El pasado verano comenzó a copresentar un programa centrado precisamente en el ciberacoso que sufren los artistas surcoreanos, donde habló, entre otras cosas, de las campañas de odio recientes de las que volvió a ser víctima por aparecer en varias fotografías sin usar sujetador.
La artista dijo que decidió seguir posando así por un tema de comodidad personal y para terminar con el prejuicio machista en Corea del Sur hacia las mujeres que deciden no usar sostén.
La muerte de Sulli subraya nuevamente la presión que enfrentan las celebridades del K-Pop y los pocos recursos a su disposición para encarar estas situaciones, además de motivar una petición pública al Gobierno surcoreano para obligar a registrarse con nombres verdaderos en redes sociales y facilitar denuncias en caso de ciberacoso.