A un año y dos meses de haber asumido la presidencia de la República, Federico Franco se aleja hoy del poder salpicado de denuncias y, sobre todo, sin poder librarse del estigma de golpista que le endilgaron, primeramente, la izquierda más radical de nuestro medio y, luego, los países vecinos.
Las inauguraciones y los anuncios de un Paraguay con petróleo y oro no pudieron apagar la imagen de un país con una herida profunda, producto del juicio político que el 22 de junio de 2012 destituyó a Fernando Lugo.
A nivel local tuvo que aguantar estoicamente una serie de escraches públicos de los partidos de línea socialista, que incluso le cuestionaron la fiesta de bodas de su hijo, celebrada en Mburuvicha Róga.
En el plano internacional, los países vecinos retiraron sus embajadas y ningunearon al flamante presidente. Suspendieron a Paraguay del Mercosur y de la Unasur, y boicotearon la presencia de delegaciones paraguayas en los congresos internacionales. También intentaron suspender a Paraguay de la OEA.
Con las promesas no le fue muy bien al ahora ex mandatario. En la noche que asumía, en el salón Independencia del Palacio de Gobierno, Franco había anunciado que se acababa el nepotismo.
Poco después nombraba consejera de Itaipú a su cuñada Mirtha Vergara, esposa del senador Julio César Franco.
acusaciones. La familia presidencial fue acusada de pedir comisiones a quienes concursaban en obras públicas y otras instituciones. Existe una denuncia del dirigente colorado Paraguayo Cubas y otra del histórico caudillo liberal Domingo Laíno.
También estalló una crisis por la diferencia de las declaraciones de bienes del presidente, del 2008 y del 2012. La comparación de ambos documentos deja entrever un aumento del 748%.
Última Hora publicó, en octubre pasado, que Franco declaró bienes por G. 648.485.000, mientras que en la última declaración subió a G. 4.849.825.000. El mandatario adujo un error.
La compra de una quinta en la ciudad de Independencia, Guairá, por valor de USD 400.000, motivó otra crisis. Última Hora publicó dicha transacción en abril pasado y el mandatario negó la compra. Poco después, su propio hijo publicaba en internet fotos de su padre sobre una máquina de cortar pasto en la propiedad, así como otras tomas.
Además, se le critica la adquisición, por parte del Indert, de una propiedad en Cordillera, por G. 46.000 millones. En la transacción estaba involucrado el padre del senador del Partido Unace Jorge Oviedo Matto, y se dio cuando el PLRA y el Unace negociaban un acuerdo electoral.