Sebastián Papito Martin y Concepción Chiquita Vera llevan cinco décadas siendo cómplices del amor verdadero.
Este mes la pareja celebró sus bodas de oro y como obsequio pidieron donaciones para aportar a la construcción del primer santuario de Schoenstatt en Encarnación.
“Somos integrantes de los Miembros de Liga, del Movimiento de Schoenstatt e iniciadores de Schoenstatt en Itapúa, y nuestro mayor anhelo es que el departamento tenga un santuario”, comenta Papito, un gran devoto de la Mater al igual que su esposa.
MEDIO SIGLO JUNTOS
Papito y Chiquita unieron sus vidas en matrimonio el 2 de diciembre de 1972. “Nos casamos por civil y religioso el mismo día”, cuenta.
La pareja intercambió alianzas y recibió la bendición nupcial ante el altar de la iglesia San Roque González de Santa Cruz. Para conmemorar el 50 aniversario de la unión decidieron realizar una misa de acción de gracias en la misma iglesia.
“Medio siglo juntos un privilegio no reservado para todo el mundo. Somos afortunados y queremos celebrarlo con ustedes”, cita la tarjeta de invitación que entregaron a sus allegados.
Tras la bendición ofrecieron una cena en un restaurante; en la tarjeta rezaba una singular condición a la hora de preparar el obsequio para la pareja: “Nos encantaría que el importe del obsequio lo donen para la construcción del santuario de Schoenstatt del Sur. En la entrada de la recepción del restaurante habrá un baúl para depositarlo”, decía la invitación.
Los agasajados lograron recaudar un poco más de G. 3.000.000. “Este es un pequeño aporte. Antes de la construcción del santuario, se estará construyendo un salón para reuniones y celebraciones. La construcción del santuario vendrá después, tenemos que trabajar mucho todavía”, menciona el hombre.
Para los esposos, parte importante de sus 50 años de amor y convivencia armoniosa, es sin duda dedicarse a ayudar a otros matrimonios. “Y estamos muy felices porque el Señor y nuestra Madre nos regalan un cúmulo de gracias, que no se compara ni un gramo con lo que nosotros hacemos por la obra de su hijo Jesús”.
Y agrega: “Nuestra Madre de Schoenstatt nos pide que primero conquistemos un santuario en nuestros corazones, donde la acojamos a ella, y ella siempre realiza milagros. Como lo nuestro. Como dice la palabra del Señor: construyan su casa, su vida, sobre rocas, para que pueda soportar las tempestades (problemas, dificultades, tormentas, enfermedades), que todo lo podemos sobrellevar si él, el Cristo conyugal, está en medio nuestro. Esta es la clave de nuestro amor, si tenemos una alegría, es por él, si tenemos alguna dificultad, recurrimos a él, esto se sintetiza con esta frase: El matrimonio es de a tres: Ella, él y Cristo en el medio”.
Don Sebastián reconoce que para la construcción del santuario les espera una ardua tarea. “Porque no se trata solamente de contar con dinero, sino de conquistarlo nosotros en nuestros corazones primero”.
El movimiento ya cuenta con un sitio donde fue construida una ermita de la Virgen de Schoenstatt, en un terreno de Yacyretá, que consiguieron por comodato con la Municipalidad de Encarnación.
MENSAJE
50 años juntos en matrimonio es un momento perfecto para mirar atrás y revivir con nostalgia, pero llenos de alegría todos los años vividos. Sin duda, para Papito y Chiquita la presencia de Cristo y su Madre, la Virgen María, en sus vidas los ayudaron a caminar en estos 50 años de vida, felizmente casados.
“Siempre tengan a Cristo en medio de su hogar. En el matrimonio siempre hay algunas dificultades, tanto individual como en pareja. Aquellas dificultades o problemitas personales que puedan ocurrir, nunca dejen de compartirlo con su pareja. No se guarden. Dialoguen siempre. Hablen. El matrimonio no es un aguantadero, el matrimonio es para vivir felices toda la vida. No es fácil, pero con Cristo y su Madre, se vencen todas las dificultades. Procuren caminar con otros matrimonios en el grupo que elijan, que les guste. Ayuden a otras parejas con dificultades”, culminan diciendo.