“En el próximo proyecto tenemos que garantizarle a todos, todo. Tenemos que garantizarle a la mujer que quiera abortar, la posibilidad de abortar y tenemos que garantizar a la mujer que quiere tenerlo, que pueda tenerlo”, aseveró Alberto Fernández en diálogo con Radio Continental en el día de Nochevieja.
El mandatario, que ya había manifestado en el pasado su postura favorable al aborto y que siempre lo ha calificado como “un problema de salud pública”, agregó en la entrevista otros puntos que según él debe contener la ley y que fueron defendidos en el último debate por los autodenominados colectivos “provida”, como facilitar las adopciones.
En ese sentido, llamó a “generar un debate sobre las familias de tránsito, definir rápidamente mecanismos rápidos de adopción”, así como a dar “condiciones de prosperidad” a las mujeres que están en situación de pobreza, pero quieren tener a su hijo.
“Démosle las condiciones para que viva feliz en el mundo”, expresó.
Asimismo, se refirió a que debe mejorar “la educación anticonceptiva”, un tema llevado al debate por los sectores a favor del aborto legal.
Un debate que no prosperó en 2018
Argentina ya debatió en 2018, sin que prosperara, una ley por el aborto legal que causó división social entre los defensores y los detractores de la interrupción voluntaria del embarazo –en la actualidad, la legislación del país sudamericano permite el aborto solo bajo ciertos supuestos–.
Quienes estaban a favor de la ley portaban pañuelos verdes y quienes estaban en contra lucían pañuelos azules, y Fernández llamó a acabar con esas concepciones totalmente opuestas del debate.
“Tenemos que terminar con la lógica del Boca-River, del pañuelo verde y el pañuelo azul, con la lógica que dice el pañuelo verde es progresista y el pañuelo azul es un retrógrado”, reflexionó.
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Sobre el texto, confirmó que quiere enviarlo para que lo discuta el Parlamento en el año que comienza el miércoles.
“Mi decisión es mandarla (la ley) en este ejercicio 2020, quisiera que tengamos un debate sensato, no un debate como el que tuvimos (en 2018)”, aseveró, al tiempo que recalcó que considera que en la actualidad la mujer que interrumpe su embarazo en Argentina “pone en riesgo su vida” y que él no quiere que “muera más gente” por abortar.
La posición de la Iglesia Católica
Estas declaraciones se dan después de que el 18 de diciembre pasado Fernández recibiera a la cúpula de la Conferencia Episcopal Argentina, en una reunión en la que los obispos manifestaron su “desazón” por un protocolo anunciado por el nuevo Gobierno que flexibiliza el aborto no punible bajo las causales ya previstas por la ley.
Pese a que la interrupción del embarazo es legal en Argentina si hay riesgo de vida para la madre o ha sido producto de una violación, los médicos del país pueden acogerse a la objeción de conciencia para no practicar el aborto.
En el país se han dado varios casos de niñas –mayores y menores de 13 años– que quisieron abortar y, por conflictos con las autoridades de su provincia, su propia familia o con los médicos a cargo, por la objeción de conciencia, no pudieron hacerlo.
Por ello, el protocolo, publicado en el Boletín Oficial, aunque respeta el derecho individual a no realizar el aborto, determina que a nivel institucional se tiene que dar una respuesta sanitaria.
A pesar de que la medida está circunscrita a las causales ya legales, la Conferencia Episcopal aseguró que el protocolo que presentó el ministro de Salud, Ginés González García, “en la práctica autoriza el aborto libre”.
“La Iglesia ha defendido y defenderá siempre toda vida desde la concepción de manera firme y clara”, aseveraron los representantes de la Iglesia Católica en un comunicado difundido tras el encuentro con el mandatario.