El día se presentaba tranquilo ese 10 de enero de 2020 cuando Graciela Sosa de Báez, oriunda de Carapeguá, le dio un abrazo y un beso a su hijo Fernando José Báez Sosa (18). Lo despidió dándole la bendición continuando con la tradición paraguaya, pese a que ya llevaba más de 30 años viviendo en Argentina. Fernando se iba a vacacionar con sus amigos, primero en Miramar y luego en Villa Gesell.
Su madre no sabía que esa sonrisa que vio en su hijo sería la última que vería de él en vida, ya que ocho días después el joven –el único hijo que tuvo con su marido Silvino–, perderá la vida de forma trágica: una turba lo mató a golpes frente a un local bailable.
Esto ocurrió en la madrugada del 18 de enero de 2020, frente al local de la discoteca Le Brique.
Un encontronazo que se inició dentro del local fue la mecha que inició el horror que sigue padeciendo la familia Báez Sosa.
Una turba de jóvenes que practican el rugby atacaron a Fernando, que se encontraba solo y no le dieron oportunidad de defenderse.
“Justicia por Fernando Báez Sosa: el racismo mata”, se titulaba un comunicado del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), que dio su apoyo a la familia Báez Sosa ni bien comenzó el juicio.
“Entendemos que aunque la carátula no contemple el homicidio agravado por el odio racial, no debemos olvidar que al grito de ‘es un negro de mierda mátenlo’, según imágenes y testigos, el 18 de enero, pasadas las 5 de la madrugada, Fernando fue atacado por la espalda, a patadas y brutales golpes que le originaran su muerte, en un claro ataque racista”, dice en el escrito.
“A este negro me lo voy a llevar de trofeo”; “A ver si volvés a pegar negro de m...”, fueron otros de los insultos racistas que se incluyeron en el juicio.
2020
- 10 DE ENERO - Ocho días antes del crimen. Fernando José Báez Sosa salió del hall del edificio del departamento, ubicado en Avenida Pueyrredón al 1800, en Buenos Aires donde vivía con sus padres Silvino y Graciela, oriundos de Carapeguá. Tras recibir el abrazo de su madre partió rumbo a la ciudad veraniega de Miramar, para pasar unos días de vacaciones con la promesa de que al volver, viajaría junto con sus padres a visitar a sus parientes en nuestro país.
- 16 DE ENERO - Dos días antes del crimen. Luego de recorrer las playas y disfrutar de sus días en Miramar, Fernando viajó a la localidad vecina de Villa Gesell con sus amigos Lucas Filardi, Julián García, Federico Tavarozzi, Lucas Begide, Juan Bautista Besuzzo y Santiago Corbo. También se debía encontrar con su novia Julieta Rossi. Se hospedaron en el Hostel Hola Ola; planeaban disfrutar siete días de los atractivos ya que tenían reserva hasta el 23 de enero.
- 17 DE ENERO - Un día antes del crimen. Llamó por teléfono a su madre Graciela diciendo que estaba lavando la ropa porque el grupo planeaban salir por la noche a bailar.
PRISIÓN PERPETUA
Para Gustavo García, uno de los fiscales acusadores, se está frente a un hecho de homicidio doloso agravado por alevosía, que en la Justicia argentina es condenado a prisión perpetua.
“No hay ninguna duda de la forma en que golpearon a Fernando. El dolo está demostrado sin lugar a dudas. A quién se le puede ocurrir que si yo le pego una patada en la cabeza a una persona que está inconsciente en el suelo... me arriesgaría a que tengo más poder vulnerante a alguien que efectúa un disparo de arma de fuego”, relató en una de las audiencias donde se conocieron los alegatos.
Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano (21), Ciro (22) y Lucas Pertossi (23) son los ocho acusados por este caso.
En la última jornada, donde se presentaron los alegatos finales, los ocho, uno por uno, se pararon frente a los presentes en la sala de juicios, a dedicarles unas palabras de disculpas a los padres de Fernando.
Hugo Tomei, el abogado que los defiende, pidió que sean absueltos porque, según su opinión, la Fiscalía no logró probar el delito de homicidio agravado por alevosía. El pedido del profesional del Derecho causó mucho impacto e indignación en la opinión pública argentina, donde se sigue el caso con mucha atención.
Por su parte, Fernando Burlando, abogado de la familia Báez Sosa, admite que gran parte de la sociedad tomó partido y afirmó que esto se dio porque Fernando fue víctima de un hecho aberrante.
“Solo espero que se haga justicia”
Graciela Sosa todos los días trata de sobrevivir a la tristeza en el departamento que comparte con su marido Silvino Báez en Buenos Aires, ciudad donde se radicó y formó su familia, que quedó diezmada luego del trágico suceso de Villa Gesell.
En comunicación con ÚH, agradeció el apoyo que se les da desde su país natal, Paraguay. “La verdad que espero que se haga justicia por Fernando. Esperemos que la sentencia sea justa y que le den cadena perpetua a los asesinos de mi hijo. Él se merece justicia”, expresó la mujer sin poder ocultar el dolor pero con la voz serena como alguien que sigue luchando a pesar de las adversidades.
En la última Nochebuena estaban los dos solos en casa, sin poder hablarse. Antes de las 12:00, tomó del brazo a su marido y se pusieron a rezar agarrados del rosario que les envió el papa Francisco. No hubo brindis; no hubo lugar para la alegría.
A pesar de esta angustia, la pareja tomó coraje para asistir en casi todas las audiencias que se realizaron en el marco del juicio a los ocho acusados por el crimen. “Fue muy fuerte presenciar la audiencia, ver esas imágenes de cómo asesinaron a mi hijo. Tratamos de estar con Silvino aunque haya sido muy doloroso. Vimos cómo lo emboscaron, cómo lo asesinaron; no le dieron oportunidad para defenderse mientras él imploraba piedad levantando una mano, todos les seguían dando patadas”, concluyó.
CRONOLOGÍA DE UNA TRAGEDIA
18 DE ENERO
- 10.36 - Personal policial y de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Villa Gesell allana la vivienda de veraneo alquilada por el grupo de agresores y detiene a 10 sospechosos como acusados del crimen de Fernando. Luego la Fiscalía imputó a ocho de ellos.
- 06.21 - Thomsen y Lucas Pertossi van a un local de comidas rápidas a comer hamburguesas.
- 05.11 - El grupo de sospechosos se toma una selfie que luego es compartida en grupos de WhatsApp.
- 05.05 - Una ambulancia llega a la puerta del local bailable para asistir al Fernando, quien ya no tenía signos vitales.
- 05.00 - La testigo Andrea Ranno, encargada del Hostel “Inti Huasi”, ubicado en Alameda 202, entre Avenida Buenos Aires y la entrada de la Reserva “Carlos Idaho Gesell”, a metros de “Le Brique”, ve a un grupo de jóvenes pasar por el supermercado “Marina” y escucha a uno de ellos decir: “Le llené la jeta de sangre”.
- 04.55 - Luciano Pertossi, uno de los sospechosos, queda registrado por una cámara de seguridad. Se lo ve parado en la esquina de la Avenida 3 y Buenos Aires, enviando un mensaje de voz con su teléfono celular. Con la pericia que se realizó tras la investigación se supo que decía: “Amigo, estoy acá cerca de donde está el pibe (Fernando) y están todos ahí a los gritos, está ahí la Policía, llamaron a la ambulancia… caducó”.
- 04.47 - Los imputados son identicados por la Policía, mientras uno de ellos, Ciro Pertossi, se chupa los dedos.
- 04.45 - Se ve pasar a Benicelli abrazándose con Luciano Pertossi por la puerta del restaurant “Cipriany”, ubicado a escasos metros del lugar del ataque.
- 04.44 - En ese lugar una turba atacó a Fernando que cayó al piso sin tener capacidad de defenderse. Algunos le pegaron, otros además formaron un cordón para que los amigos de la víctima no pudieran auxiliar. Se presume, luego del análisis de videos, que Máximo Pablo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Franco Benicelli y Blas Cinalli fueron los que lo emboscaron.
- 04.40 - Fernando también es expulsado del local y se queda frente al mismo para esperar a sus amigos, previa compra de un helado.
- 04.37 - Se ve a Lucas y Ciro Pertossi, Máximo Thomsen y Matías Benicelli caminar frente al boliche.
- 04.30 - Por este altercado, los ahora ocho imputados son expulsados del sitio y sacados a la fuerza por parte de los guardias de seguridad.
- 03.30 - El joven estudiante de Derecho estuvo en el sector VIP del boliche escuchando al trapero Neo Pistea. En una de las últimas canciones, se armó un pogo (empujones) y, en el tumulto Fernando chocó con otro muchacho, uno de los jugadores de rugby del Club Náutico Arsenal de Zárate. Esa, según los investigadores, fue la chispa que encendió la mecha.
- 01.45 - EL DÍA TRÁGICO. Fernando y sus siete amigos entran al boliche “Le Brique”, muy conocido en esa localidad. Entraron en un grupo de seis valiéndose de una promoción de “pagan 2, entran 3”. Además, un relacionista público del local bailable les dio pases para el sector VIP.