Al tiempo de recordar que el flamante director paraguayo de Itaipú, Federico González, fue el emisario que le pidió que firmara el contrato que volvía irreversible el acta bilateral por la cual se desató el escándalo al haberse comprometido los intereses del país, el ingeniero Pedro Ferreira –ex titular de la ANDE– mencionó que la designación de aquel forma parte de un proceso en que se pueden leer cuáles son las verdaderas intenciones paraguayas de cara a las negociaciones del Anexo C del Tratado de Itaipú.
Ferreira había destapado en su momento el escándalo de la llamada “acta entreguista” en la que altos funcionarios paraguayos estaban involucrados, y que permitiría –de haberse firmado– un gran perjuicio al Paraguay.
Sin embargo, aquella vez el ahora ex presidente de la empresa eléctrica se negó a hacerlo y advirtió sobre el daño que pudo haber causado ese documento.
“En pleno conocimiento del contenido del acta bilateral y sus consecuencias para el país y el sector eléctrico, el actual designado (al frente de la binacional) me solicitó que firmara el contrato, en representación del presidente (de la República); porque si no, debía yo renunciar al cargo. En ese entonces, González era consejero de Itaipú y estaba en pleno conocimiento de las críticas abundantes hacia ese proyecto”, destacó Ferreira.
SECUENCIA. En un análisis de lo que fue ocurriendo posteriormente a aquel escándalo, el referente manifestó que fácilmente se puede observar que la conducción en lo que respecta a los intereses paraguayos de largo plazo (no simplemente en bajar los costos), no se dieron grandes avances desde que le tocó salir de la ANDE.
Manifestó que es una secuencia de hechos por los que ahora existe una primera línea de negociación que no dificultaría que Brasil llegue a los objetivos que se trazó. “No vi tampoco que en Paraguay haya un debate interno para conseguir una postura apoyada por la ciudadanía. Así, difícilmente pueda salir airoso en una negociación de ese tenor”, postuló.
VISIONES. Para el especialista, en Brasil, Itaipú es uno más de los miles de temas; pero para el Paraguay no es cualquier cuestión. Al ser el país con menor desarrollo y más pequeño, se precisa que la ciudadanía siga de cerca las negociaciones del Anexo C, ya que llegar a oscuras generará más conflicto que solución, según dijo. “La pérdida de tiempo es grave y el reloj marca el tiempo final de vigencia del Anexo C”, agregó el ingeniero.
En resumen, abogó para que haya más apertura y un diálogo sincero con la sociedad paraguaya de cara a la revisión del documento en cuestión, “pero no entre cuates y amigos, porque eso le deja débil al Ejecutivo; y si negocia a solas con su parte del otro lado, la contraparte verá que en la mesa solo hay gente subordinada, y le pedirá a las cabezas a que ordenen la firma de documentos que no serán beneficiosos al Paraguay”.
Su criterio es que se debe explicar a la contraparte que Itaipú es causa nacional, y que la sociedad paraguaya es la que está involucrada, para llegar a un mejor escenario de reivindicaciones.
20.000 millones de dólares aproximadamente es la deuda de Itaipú. Originalmente era de USD 2.000 millones.
2.023 es el año, específicamente en febrero, de la cancelación de la deuda total; y se debe revisar el Anexo C.
Equipo paraguayo
Recordemos que la coordinación general del Equipo Negociador para la revisión del Anexo C de Itaipú está a cargo del Ministerio de Relaciones Exteriores y su canciller, e integrado por el Gabinete Civil de la Presidencia de la República (GCPR), el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) y la Administración Nacional de Electricidad (ANDE).
También están las áreas técnica, jurídica, económica y comercial; y se ocupan de analizar todas las documentaciones y emiten sus recomendaciones al equipo negociador.